La Junta cree que los nuevos fondos del Gobierno permitirán acabar ya con el déficit sanitario

El Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra hoy debe redondear el reparto de los nuevos fondos incluidos en el acuerdo entre las autonomías y el Gobierno central para paliar el déficit sanitario. Pero el consejero de Economía, José Antonio Griñán, aseguró ayer que a Andalucía ya le salen las cuentas. Griñán afirmó que la aportación del Gobierno, que estimó en un mínimo de 312 millones de euros para el próximo año, será "suficiente" para evitar la generación de déficit a partir de 2006 y hará innecesaria la aplicación de "nuevas medidas fiscales", como el céntimo sanitario.

El Gobierno realizó su última propuesta para la financiación sanitaria en la Conferencia de Presidentes del pasado sábado. Las comunidades gobernadas por el PP se ampararon en las formas -recibieron el documento poco antes del final de la reunión- para postergar el acuerdo al Consejo de Política Fiscal y Financiera de hoy. "Discutiremos de criterios de reparto, pero las cantidades no se pueden mover", adelantó Griñán. El Gobierno ha propuesto incrementar su aportación anual a la financiación sanitaria en 1.700 millones (el triple de su oferta inicial) y se ha comprometido a aumentar los anticipos a cuenta a las comunidades autónomas en otros 1.400 millones al año.

"El Gobierno no estaba obligado a poner ni un duro", recordó Griñán. El consejero de Economía dedicó parte de la conferencia de prensa en defender la postura del Ejecutivo central. "El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tomó la iniciativa, ha dado un paso muy importante para consolidar la sanidad pública", agregó Griñán, quien resaltó que la Conferencia de Presidentes tratara un asunto "vital para los ciudadanos" y eludió pronunciarse sobre las críticas del PP a la forma en que se desarrolló.

Economía calcula que, al menos, una quinta parte de esos 1.700 millones de financiación adicional irán a parar a las arcas del sistema sanitario andaluz. Aún sin contar lo que corresponderá a Andalucía por los nuevos recursos para el fondo de cohesión sanitaria (45 millones) y para el plan de calidad de igualdad (50 millones), asignación que tiene que decidir el Ministerio de Sanidad, Griñán adelantó que la Junta recibirá un mínimo de 312 millones más. La mayoría se debe a la parte que corresponderá a Andalucía (unos 90 millones) de la transferencia directa de 500 millones comprometida por el Gobierno, a la garantía de que los recursos sanitarios crecerán al menos al ritmo del PIB (unos 120 millones), y a lo que se recaudará de más en la comunidad por la subida de los impuestos sobre alcohol y tabaco (43 millones).

312 millones

El resto vendrá de los nuevos fondos estatales para cubrir la asistencia a extranjeros y a personas no cubiertas por mutuas en casos de accidente laboral o enfermedad profesional. El consejero sostuvo que estos 312 millones y la "mejor gestión de tesorería" que permitirá el incremento de los anticipos a cuenta (la Junta ingresará antes al menos 275 millones, 110 para sanidad) tienen que ser suficientes para acabar con el déficit sanitario. En los últimos años, el déficit anual ha superado los 500 millones. "No será necesario aplicar nuevas medidas fiscales", insistió el consejero, quien mantuvo que el "ejercicio de corresponsabilidad" que tiene que hacer la Junta es "contener el gasto".

A primera hora de la mañana, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, ya había dejado claro que el Ejecutivo andaluz no desarrollará ninguna de las dos opciones que ha dado el Gobierno a las comunidades para generar nuevos recursos propios: el llamado céntimo sanitario (hasta 4,8 céntimos de euro por litro de gasolina) y el recargo al impuesto de electricidad. "Las cantidades que ofrece el Gobierno central son suficientes para iniciar un proceso de reducción del déficit del sistema sanitario andaluz", sostuvo Chaves en declaraciones a Canal Sur. El dirigente socialista no descartó recurrir al céntimo sanitario en el futuro - "las circunstancias pueden cambiar"-, pese a que la Junta lo rechazó cuando lo propuso el PP en 2001 y se mostró más contundente en el impuesto sobre las tarifas eléctricas -"nunca lo subiré mientras yo sea presidente"-.