Un nuevo tornado arranca árboles y hunde techos en Mollet del Vallès
Medio Ambiente aportará agua con barcos a Barcelona, si no llueve más antes de la primavera
Después de que el aeropuerto de El Prat se viera afectado por un tornado el pasado miércoles, ayer les tocó a Mollet del Vallès y otras poblaciones vecinas. Un nuevo tornado formado a partir de la perturbación que ha afectado Cataluña en los últimos tres días causó en la mañana de ayer serios destrozos en Mollet, La Llagosta y Montcada i Reixac en una breve pero violenta tormenta registrada hacia las 9.30 horas.
La localidad más afectada fue Mollet. Allí el paso del tornado fue fugaz, apenas 10 minutos, pero fue suficiente para arrancar buena parte del techo del centro cívico de Can Pantiquet y del edificio de una empresa de autocares, romper ventanas, derribar un muro de unos 25 metros. Arrancó de cuajo árboles y causó destrozos importantes en viviendas, equipamientos municipales, vehículos, terrazas y tejados. No hubo, sin embargo, daños personales.
16 vehículos se ven arrastrados por las intensas precipitaciones caídas en la riera de Montgat
"Escuché un ruido; pensé que estaba en América; lo pasé mal; tuve un miedo enorme", dice un vecino
Las ráfagas de viento derriban un muro de 25 metros en Mollet del Vallès en apenas 10 minutos
Los vecinos de los tres barrios más afectados, el de la Estació de França, la Riera Seca y Can Pantiquet, asistieron incrédulos al espectáculo del tornado, que después siguió su camino por las poblaciones de Santa Perpètua de Mogoda, La Llagosta y Montcada i Reixac sin causar daños importantes. A Juan José Nieto, el fenómeno le pilló en plena calle. "Escuché un ruido y luego vi como el viento arrancaba un árbol y lo retorcía, me agarré a la pared, y pensé que estaba en América, lo pasé mal, tuve un miedo enorme". Otra vecina pensó que "se hundía la habitación".
La mayoría estaban estupefactos ante la brevedad del fenómeno y sus consecuencias, como Dolores, que repetía que "sólo fue un minuto, como mucho un minuto y medio". Los que empalidecieron fueron los ancianos y trabajadores de los servicios sociales de la población, que en aquella hora de la mañana se encontraban en el centro cívico de Can Pantiquet. Su director, Xavier Ros, explicaba: "El tornado arrancó de cuajo el techo, estrenado hace dos semanas, y lo arrastró unos 20 metros, hasta llegar al parque Lluís Companys".
El alcalde de Mollet del Vallès, Josep Monràs, aseguraba ayer: "Todavía no es posible realizar una evaluación de los daños porque el tornado ha afectado no sólo elementos públicos, sino también viviendas; pero en el caso de equipamientos como el centro cívico tardaremos muchas semanas en rehacernos". Monràs añadió, más tarde, que el Ayuntamiento pedirá ayudas tanto a la Generalitat como a la Diputación de Barcelona para reparar los destrozos.
El alcalde de Mollet estimó positiva la "celeridad" con la que actuaron tanto los bomberos como Protección Civil: "Gracias a ello se evitaron daños mayores porque hubo una fuga de gas que se arregló en poco menos de media hora". El tornado movilizó a más de 200 personas, entre ellas seis dotaciones de bomberos, otras seis de los Mossos d'Esquadra y casi la totalidad de la Policía Municipal. La circulación quedó interrumpida durante unos minutos en la BV-5001y la C-33, y originó retenciones en la AP-7.
Mientras el tornado azotaba Mollet, el aeropuerto de El Prat se recuperaba del fenómeno similar que se registró en sus instalaciones en la tarde del miércoles y que paralizó toda su actividad durante una hora. Se supo ayer que los dos tornados que afectaron a las instalaciones aeroportuarias, además de arrastrar un par de aviones que se encontraban estacionados en la plataforma del aeródromo también desplazaron varios metros el sistema de radioayuda de la tercera pista, "una estructura metálica de más de 5.000 kilos de peso y 20 metros cuadrados de superficie", como explicaron ayer fuentes de Aena. Los vientos soplaron a una velocidad de más de 125 kilómetros por hora.
Tanto los gestores del aeropuerto como las empresas que operan en él trataban de evaluar ayer los desperfectos. La tormenta se llevó por delante placas del techo de la pasarela que conecta el aparcamiento con la terminal C de las instalaciones.
La peor parte se la llevó el personal de handling de las compañías dedicadas a los servicios que se realizan a pie de pista, como la recogida de equipajes. El viento arrastró furgonetas y vehículos, los contenedores de mercancías y su contenido, así como las escaleras para acceder a los aviones. El tornado también destrozó la estructura de varios hangares de la terminal de carga.Los dos tornados obligaron a paralizar la actividad del aeropuerto de El Prat durante casi dos horas, lo cual derivó en la cancelación de hasta 42 vuelos y el desvío de otros 13 a aeropuertos alternativos. Otros 162 aviones despegaron o aterrizaron con más de una hora de retraso.
También Castelldefels sufrió los efectos del vendaval. Un restaurante del paseo Marítimo se descompuso totalmente por el fuerte viento. La caída de un cartel de grandes dimensiones obligó a cortar la línea de Renfe que cruza el municipio. En Sant Boi, varias empresas del polígono Prologis sufrieron importantes daños.
Por otra parte, un relámpago cayó a las 17.00 de ayer encima de una unidad del Trambaix que se encontraba estacionada en la última parada de la línea T3, Sant Martí de l'Erm, en Esplugues. No hubo heridos, si bien la línea se interrumpió en L'Hospitalet, Esplugues, Cornellà y Sant Joan Despí durante una hora, el tiempo que se tardó en restablecer la corriente eléctrica. En conjunto, los Bomberos de la Generalitat realizaron ayer 72 servicios.
El temporal de la noche de ayer también llegó más al sur, informa Oriol Aymí. El norte del Camp de Tarragona, principalmente la comarca del Baix Penedès, resultó la zona más afectada por el temporal en aquella provincia. El Instituto Nacional de Meteorología informó de que El Vendrell registró precipitaciones que llegaron a acumular 111 litros por metro cuadrado. Estas cantidades motivaron una veintena de actuaciones de los bomberos, la práctica totalidad de las cuales fueron a causa de pequeñas inundaciones en plantas bajas y aparcamientos subterráneos. Segur de Calafell, Cunit, Calafell y, en general, la mayoría de localidades costeras del Baix Penedès, fueron los municipios más afectados.
Algo más al sur, en Torredembarra (Tarragonès), la lluvia alcanzó 25 litros por metro cuadrado y también comportó la inundación de viviendas y comercios. Los bomberos tuvieron que rescatar a una persona atrapada en su vehículo. El primer consejero de la Generalitat, Josep Bargalló, residente en esta población, fue uno de los muchos vecinos que vieron como el temporal inundaba el aparcamiento de su casa.
Hacia el interior, en Valls (Alt Camp), los Mossos d'Esquadra se vieron obligados a cortar el tráfico en la N-240 a causa de la acumulación de agua bajo el puente de la vía férrea, lugar que ha quedado inservible para el tráfico dos veces en este último mes.
Pero las tormentas se resistieron a dar tregua y se reactivaron en la tarde de ayer. La comarca del Maresme, sobre todo su parte sur, fue una de las más afectadas, informa Noelia Vida. En Montgat la riera de Sant Jordi creció y arrastró 16 coches, uno de los cuales no pudo ser recuperado por la grúa de los servicios municipales y fue a parar directamente al mar, según fuentes de la Policía Local.
Problemas en el Maresme
El desbordamiento de la riera de Montgat originó cortes en el tráfico entre esta población y la vecina de El Masnou. Los desperfectos de la tarde de ayer se sumaron a los registrados la noche anterior, cuando las pequeñas inundaciones llegaron a afectar el aparcamiento de la Policía Local de Mataró.
En Arenys de Mar se desprendió un trozo de balcón, aunque no hubo que lamentar daños personales. Las rieras de esta población, Arenys de Munt y Pineda de Mar bajaron con fuerza y se cerraron al tráfico.Por otra parte, el Gobierno catalán, explicó ayer el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, está buscando un lugar en el delta del Llobregat para instalar un pantalán que permita descargar agua transportada con barcos para el caso de que no llueva lo suficiente antes de la primavera. Milà aseguró ayer que el Ejecutivo catalán, aunque confía en que no sea necesario, prepara las medidas que eviten que el país se quede sin agua si perdura la sequía.
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