Tornados impredecibles para los radares
Como si se tratara de espectros, los tres tornados que entre el miércoles y ayer se pasearon por Cataluña no aparecieron en los radares del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC).
El remolino de ayer en Mollet del Vallès correspondía a una tormenta aislada, con un gran desarrollo vertical y en forma de uve. En los monitores del SMC sólo apareció una mancha de lluvia muy intensa: "No sabíamos que allí se había producido un tornado hasta que alguien nos telefoneó", explica Santi Segalà, técnico de predicción y vigilancia del SMC.
No se pueden detectar ni medir porque el pequeño tamaño de estos remolinos, de hasta centenares de metros, los hace invisibles a este tipo de sistemas meteorológicos. En Estados Unidos, donde todos los años se generan más de un millar de remolinos, utilizan radares Doppler para medir el cambio de velocidad de una tormenta y anticipar un tornado.
El SMC explica que los remolinos de estos días han sido débiles, de menos de 180 kilómetros por hora y de unos minutos de duración. De acuerdo con la escala Fujita, han sido de grado F0 o F1. Esta escala evalúa su magnitud o fuerza del viento aproximada por los daños que ha producido, asegura Jeroni Lorente, catedrático de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Barcelona.
Los tornados son los fenómenos atmosféricos más violentos e impredecibles (llegan a superar los 500 kilómetros por hora), duran unos minutos y asuelan pequeñas zonas. Son vientos que giran desde una formación nubosa en forma de embudo. Se producen habitualmente cuando existen tormentas severas, en situaciones de masas de aire frío en altura que pasan sobre una capa de aire caliente obligándolo a ascender rápidamente, como ha sucedido estos días en Cataluña.
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