El negocio se abre paso en el desastre
Halliburton y otras compañías pugnan ya por los contratos de la reconstrucción en las zonas afectadas
Horas después de que el nivel del agua empezara a subir en las calles de Nueva Orleans, la bolsa de Nueva York registró una subida imparable en el valor de las acciones de la empresa Halliburton, preferida del Gobierno a pesar de un pasado oscuro marcado por corrupciones y favoritismos. Esa compañía se ha convertido una vez más en la primera receptora de los fondos dedicados a la reconstrucción después de un desastre, sea bélico o natural. Pero no es la única empresa con sede en Houston (Tejas) que encuentra un mar de oportunidades en la desgracia de los vecinos.
Otras empresas tejanas dedicadas a la reconstrucción o a la recuperación inmobiliaria, como Tetra Technologies, Perini Corp. o Baker Hughes, registraron subidas proporcionales a la magnitud del desastre. Luisiana, Misisipi y Alabama se enfrentan a un proceso de salvación que sólo puede completarse con la contratación de empresas ubicadas en otros Estados. Paradójicamente, la avalancha de desplazados ha ido a parar a la ciudad que recibirá también el grueso de esos contratos: Houston.
KBR consiguió en junio la adjudicación de un contrato en caso de desastre natural
Halliburton, la empresa de la que era responsable el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, cerró la semana pasada con un valor en bolsa justo por debajo de su máximo anual; ese nivel es especialmente impactante para un año marcado por varios escándalos en torno a las concesiones y los trabajos realizados en Irak.
El viernes, el día que el Gobierno de EE UU comenzaba a desperezarse de su letargo, decenas de empleados de Halliburton ya inspeccionaban y reparaban los daños en las bases militares de la Marina situadas en la costa del Golfo y dañadas por el huracán. Una subsidiaria de Halliburton, Kellog, Brown & Root Services (KBR), consiguió en junio la adjudicación de un contrato militar para reconstrucciones en caso de desastre natural.
Ese contrato se logró en un concurso del que no se han facilitado detalles; otros contratos el Pentágono logrados por esa misma compañía fueron adjudicados sin espacio para la competencia. Jan Davis, un portavoz del Mando de Ingeniería para Instalaciones Navales, ha confirmado que KBR va a recibir un pago inicial de 12 millones de dólares para trabajos en las bases de Pascagoula, y Gulfport, en Misisipí, y otros 4,6 para arreglos en bases de Luisiana.
Aunque la compañía insiste a menudo en que lleva 15 años proporcionando ese mismo servicio al Gobierno (incluida la recuperación de Florida tras el huracán Andrew), a nadie se le escapa que Halliburton ha gozado de tal privilegio en la adjudicación de contratos federales y militares como para haber ingresado 10.700 millones en los últimos dos años por trabajos en Irak cuya calidad también ha sido puesta en duda. En particular, KBR recibió sin concurso un contrato de cinco años para la recuperación de instalaciones petrolíferas en Irak; la adjudicación se concretó días antes de que comenzará la invasión de ese país. El mes pasado, el Pentágono cesó a una empleada de la oficina de adjudicaciones que cuestionó la limpieza de esos procesos de contratación.
Pero no es sólo Halliburton y otras compañías de servicios basadas en Houston -posiblemente la ciudad del mundo mejor preparada para la fabricación o construcción de instalaciones petrolíferas- las que se van a beneficiar indirectamente de la catástrofe. El flujo de desplazados proporciona a la ciudad 250.000 nuevos inquilinos; aunque muchos pertenecían a niveles desfavorecidos de la población de Luisiana, otros, si su patrimonio se lo permite, pueden acabar asentados temporal o definitivamente en esa ciudad.
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