Nazca apuesta por la alimentación

Los fondos de capital riesgo han irrumpido en todos los sectores con compras importantes. Nazca, con sólo cuatro años de vida, se ha centrado en la alimentación y las bebidas y controla ya la bodega Vinartis, antes grupo Casa, la cadena de restauración Lizarrán, el grupo Horeca Fruits Guzmán, la empresa de piensos para animales Dibaq, y Rodilla, donde ya hizo la primera desinversión al lograr los objetivos planteados en la compra antes de lo previsto.

Desde su nacimiento, el fondo de capital riesgo ya ha realizado un conjunto de operaciones financieras que asciende a 220 millones de euros

"De las ocho operaciones de inversión hechas por el grupo en su corta existencia, cinco han estado relacionadas con el sector de alimentación y bebidas", señala Carlos Carbó, uno de sus consejeros delegados. "La experiencia y los resultados conseguidos nos animan a llevar a cabo nuevas operaciones en este sector, por lo que no descartamos compras a corto plazo".

Nazca es un fondo de inversión constituido en septiembre de 2001 y suscrito por Fortis Bank para el que comprometió en cuatro años un capital de 100 millones de euros, de los que ya se han invertido 80 millones, aunque el conjunto de las operaciones financieras supone unos 220 millones de euros. Para los responsables del grupo, el secreto del éxito se halla, en primer lugar, en saber comprar.

Desde su perspectiva, las más interesantes son las empresas con una cierta marca, un fondo de comercio y que hayan tenido por diferentes razones una gestión poco profesionalizada sobre la que es posible lograr mejores resultados corrigiendo los problemas. No se dejan a un lado empresas que se hallen en sectores teóricamente maduros, siempre que haya posibilidades de buscar nichos de mercado sin explotar o en expansión.

En el sector agroalimentario, la primera gran operación de Nazca fue la adquisición del 97%, en dos fases, de la sexta bodega del país por su volumen de ventas, con casi 70 millones de euros, Cosecheros Abastecedores, más conocida por Casa, una operación que supuso 117,9 millones de euros. Casa era, junto a J. García Carrión, uno de los grupos más importantes en el segmento de los vinos de mesa, con marcas como Cumbres de Gredos. La estrategia seguida por el fondo en la bodega durante los últimos dos años se concretó, en primer lugar, en un cambio de nombre por el de Vinartis para modificar en parte la imagen anterior de grupo bodeguero. Se vendieron las instalaciones de Madrid y se concentró la actividad en Valdepeñas, con una inversión de 12 millones de euros

A partir de ese cambio, el objetivo del fondo ha sido hacer de la bodega centenaria ligada al vino de mesa, otra bodega mucho más diversificada desde el producto a los mercados. En la actualidad, de todas las ventas, el 60% se realiza en el mercado nacional y el 40% en el exterior. Se ha logrado que el vino con denominación de origen suponga ya el 50% de las ventas y que la otra mitad sea de vinos de mesa con menor valor añadido.

La cadena de bares Lizarrán es otra de sus grandes apuestas ante al auge de este tipo de establecimientos. En la actualidad, la cadena franquiciada tiene 144 locales, de los que 125 se hallan en España, y el resto, en Portugal, Alemania, México y Francia, con una facturación total de 75 millones de euros, de los que el 90% corresponde a España. El plan a cuatro años contempla multiplicar por dos el número de locales, hasta 250.

La última operación en el sector ha sido la compra de Fruits Guzmán en Cataluña, dedicada al abastecimiento de hortalizas y productos semielaborados para restauración, y con una facturación de 25 millones de euros. El plan para la empresa en los próximos cuatro años se concreta en duplicar la producción ampliando el mercado a toda España.

También en el campo de la alimentación, en este caso animal, se encuentra su participación en la firma segoviana de piensos para animales Dibaq, cuyas ventas se reparten entre España y varios países del este de Europa

La estrategia del fondo en las empresas donde toma una participación es mejorar su situación y vender en un plazo de cuatro o cinco años. En el caso de Rodilla, donde tuvo el 47% del accionariado, los objetivos previstos se lograron antes del plazo previsto y los propietarios anteriores ejercieron su opción de recompra.