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Reportaje:

Persia en Tarraco

Aparece en el yacimiento de Els Munts, en Altafulla, un templo que podría haber estado consagrado al dios Mithra

Caius Valerius Avitus y su esposa Faustina tendrían hoy más de 1.900 años. Estos patricios, junto con sus esclavos y empleados, ocuparon la actual villa romana de Els Munts, en la localidad de Altafulla (Tarragonès), a unos 16 kilómetros de la antigua Tarraco, donde unas excavaciones arqueológicas han sacado a relucir lo que puede constituir el primer templo dedicado al dios persa Mithra descubierto en Cataluña.

Las riquezas de Caius Valerius Avitus le permitieron poseer una lujosa mansión en el campo, con sus termas y con todos los mármoles conocidos en la época. Sus relaciones personales derivadas de su cargo político probablemente le iniciaron en el culto a Mithra, un dios solar importado por los romanos desde Irán que consiguió colarse y ser venerado en las altas esferas de Roma.

Es posible que en el lugar se sacrificaran toros con cuya sangre se bañaban quienes se iniciaban en el culto a la deidad

Así lo explica uno de los responsables de la excavación de Els Munts y conservador del Museo Nacional Arqueológico de Tarragona, Josep Antón Remolà, que insiste en el carácter provisional del hallazgo. "Habrá que compararlo con otros templos dedicados a Mithra", previene. Pero, de momento, todo apunta que este dios que representa al Sol y contó entre sus seguidores con el sabio Zaratrustra estuvo presente como mínimo desde el siglo II d. C. en Tarragona.

Viendo el plano del yacimiento de Els Munts se observa la perfección de los ángulos rectos. Sin embargo, este templo presenta una orientación oblicua que impedía desde la puerta divisar lo que ocurría al fondo de la sala, algo común en los mithraeums -templos de culto a este dios- conocidos.

Es probable que en este lugar se sacrificaran toros para bañar con su sangre al que quería iniciarse en el culto a Mithra. Luego, si los practicantes hubieran querido, podrían haber ido a tomar un baño a unas termas de dimensiones descomunales tratándose de una villa rural que se pueden visitar a pocos metros del templo. Estas termas son la prioridad actual del equipo de arqueólogos que excava en Els Munts. Tras dos campañas exitosas en las que han desenterrado una importante cantidad de elementos de la villa, ahora hay que "consolidar" los descubrimientos. "Lo que tenga que estar en superficie lo adecuaremos, y lo que no lo volveremos a dejar bajo tierra", dice Remolà. Aunque entierren parte de lo descubierto, colocarán elementos que ayuden al visitante a comprender la estructura de la villa. Por ejemplo, la casa y las termas estaban unidas por un camino adornado con columnas a los lados y una cubierta. Hoy estas columnas y la cubierta han desaparecido o se han desplazado de lugar, pero una opción sería colocar alguna en su sitio original y, de esta forma, "dar una idea" de lo que en su día fue la villa.

En el siglo II d. C. Tarraco construye el circo. Es su momento de máximo esplendor, debido quizá a las riquezas acumuladas por la élite, o quizá a las ganancias obtenidas por la Administración con el cobro de impuestos a una provincia que abarcaba media península Ibérica. Sea como fuere, ése es también el momento de mayor apogeo de Els Munts, fundada un siglo antes como sitio vinculado a las labores del campo -se han encontrado dos prensas y un depósito de riego-, pero que en tiempos de Caius Valerius Avitus se convirtió en una mansión que no tenía nada que envidiar a las de las poderosas familias de Roma. Probablemente, el propietario tenía más residencias. Era un alto cargo de la Administración de Tarraco, el segundo en el escalafón jerárquico. Más tarde, en el siglo III Els Munts sufrió un incendio y nunca volvió a ser lo que había sido, aunque conservó actividad hasta el siglo VII.

El siglo II d. C. fue una época de paz durante la que entraron en la península Ibérica otros cultos orientales que han dejado una huella más notoria, como el de Cibeles. Y, en Emerita Augusta, capital de la otra mitad de Hispania, se conserva uno de los pocos mithraeums que hay en la Península.

Estos hallazgos han revolucionado el conocimiento que se tenía de Els Munts, yacimiento que comenzó a excavarse en la década de 1940 y del que se había llegado a pensar que no era más que una mansio, una especie de área de servicio junto a una vía romana.

Desde el año 1997 no se ha llevado a cabo ninguna campaña, y en 2004 se reanudaron los trabajos para investigar la existencia o no de un tercer brazo del corredor que unía el edificio central con las termas. La casualidad, otra vez clave para los investigadores, ha sacado a la luz este templo.

La Generalitat y el Ayuntamiento de Altafulla han acordado aportar a partes iguales 600.000 euros con el objetivo de poner en marcha un nuevo plan director que dote en un futuro a Els Munts de un centro de interpretación. De momento, este dinero es sólo una parte de lo que los investigadores consideran necesario para su trabajo, y servirá para redactar el plan, consolidar los restos, restaurar las termas y elaborar un monográfico que detalle los nuevos descubrimientos de Els Munts.

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