_
_
_
_
62ª MOSTRA DE VENECIA

El público y la crítica aplauden la película de Isabel Coixet

La cineasta exhibe 'La vida secreta de las palabras' fuera de concurso

Con aires de esperanza ha venido a la Mostra Isabel Coixet (Barcelona, 1962) para defender su más reciente criatura, La vida secreta de las palabras, proyectada ayer en la sección Horizontes y aplaudida por el público y la crítica. La película, producida por El Deseo (Agustín y Pedro Almodóvar), es, según su directora y guionista, el filme más intimista de su carrera. "Me obsesiona que el espectador asista a la intimidad de dos personas, que asista casi oyéndolos respirar, casi oliéndolos", comenta, sin ocultar su satisfacción por asistir a "uno de los escaparates cinematográficos más importantes del mundo", fuera de la competición oficial.

Rodada en inglés, La vida secreta de las palabras narra la historia de Hanna (Sandra Polley), enfermera refugiada de la guerra de los Balcanes, que acepta subir a una plataforma petrolífera en el mar del Norte para curar las heridas que ha sufrido Josef (Tim Robbins), temporalmente ciego, tras un accidente de trabajo. Esos dos mundos tan diversos han sido el punto de partida de Coixet. "Es una historia muy humana, de un hombre y una mujer que vienen de dos planetas totalmente diferentes, con edades diferentes (Josef es 20 años mayor que Hanna), y a pesar del muro de silencios y malentendidos que hay entre ellos, éste se ablanda, y además consiguen establecer un vínculo", explica.

"Tim Robbins se puso en mis manos, siempre intentó hacer lo que le dije"
Más información
Tim Robbins: "No existe un 'gulag' ideológico en Estados Unidos"

Mientras Josef y su enfermera logran superar las cicatrices del pasado y romper el silencio, intervienen otros personajes. Uno de ellos es Simón (Javier Cámara), cocinero español, capaz de preparar unos platos exquisitos que allanan la vida llevada a condiciones extremas por el frío, la humedad, el viento y el espacio limitado. La plataforma es así otro de los personajes y, desde el punto de vista técnico de las imágenes, el lugar perfecto para la sacralización de la vida. "Es un microcosmos de gente que vive aislada, en condiciones muy duras y que se ven obligados a establecer normas de comportamiento, porque si no pactas estás jodido, si no pactas, por la mañana no amaneces vivo", continúa.

La vida secreta en las palabras está llena de símbolos y mensajes. Uno de los personajes se suicida, otro queda ciego porque intenta salvarlo. "Lo que para uno es el fin del mundo, para otro puede ser un camino de redención, y una manera de vivir más plena. La película propone varias lecturas; una de ellas es el amor como un vínculo humano, de trascendencia, que hace que uno pueda seguir viviendo y darse motivos para vivir. A través del amor se llega a una cierta redención". Cuenta Coixet que Tim Robbins se enamoró del personaje cuando leyó el guión. La directora recuerda con una sonrisa de oreja a oreja el primer día de ensayos con el actor y director californiano. "Ha sido uno de los días más felices desde que dirijo películas, donde me sentí más cerca de mis sueños. Cuando acabamos de leerlo, Tim dijo: 'Bueno, no está nada mal". En el plató, y a las órdenes de Isabel Coixet, Tim Robbins bromeaba con frecuencia. "Es una de las personas más generosas que conozco, es alguien que se entregó absolutamente a la película. Es alguien que no necesita ni más premios ni más dinero. Es alguien que se puso en mis manos, siempre intentó hacer lo que le dije".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_