"Lo mejor es atender en clase y organizarse mentalmente"

Bailar es la gran pasión de Esperanza Rodríguez, una estudiante canaria recién llegada a la mayoría de edad, que se presentó al examen de selectividad por la rama científico-técnica y ha sacado un 9,8. Cuando empiece la universidad será para estudiar Administración y Dirección de Empresas: "No me gustan las ingenierías, prefiero el trato con la gente". Sus amigos lo saben. A Esperanza lo que le gusta es salir de marcha con su pandilla, bailar y trasnochar, como a tantas chicas de su edad.

Estudia unas horas cada día, pero cuando llega el viernes, el sábado y el domingo, que le echen un galgo. "Si no salgo por ahí no rindo con los estudios, porque estaría cansada de hacer siempre lo mismo".

Hasta que acabó este curso estaba matriculada en el instituto privado Santa Teresa de Jesús, en Las Pamas de Gran Canaria, pero además (hasta que su rodilla se dañó) le han acompañado siempre sus clases de baile. Ballet, sevillanas, baile moderno, canario, salsa.

Claro que le gusta leer y el cine, pero salir de compras con las amigas, ver los culebrones, cotillear por teléfono, es lo suyo. Lo que ya no es tan usual es su hábito diario de estudio y el fenomenal expediente académico que esto le ha proporcionado. "Lo mejor es atender en clase y organizarse mentalmente", dice resuelta.

Los estudios, como bien deben saber los camareros y los pinchadiscos de Canarias, no han sacado a Esperanza del mundo. Aunque no le gusta la política, los ecos de las bombas también suenan en su cabeza: "El mundo está fatal". ¿Y en España? "Yo creo que deberían ponerse de acuerdo para las cuestiones de terrorismo", sugiere. Pero no tiene muchas esperanzas de que las cosas se arreglen. Es de las que opinan que poderoso caballero es don dinero. "Y don petróleo", añade.

Una casa en la playa para vivir unos días en pandilla, lejos del invierno, sin la mirada de los padres, de fiesta en fiesta, es el justo premio que le espera a esta canaria sobresaliente. Y sus clases de baile, porque ya está pensando en dar de alta a su rodilla y pulsar el play.