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EL FUTURO DE IRAK

Los suníes piden a la Liga Árabe y a la ONU que frenen el proceso constitucional

El grupo minoritario insiste en que no aceptará la organización del país como Estado federal

La comunidad suní de Irak solicitó ayer la intervención de Naciones Unidas y de la Liga Árabe para impedir que siga adelante el proyecto de Constitución consensuado por las mayorías chií y kurda. Abdulnaser al Yanabi, uno de los 15 miembros suníes de la comisión constitucional, declaró que su comunidad pide a estos organismos que presionen para que se "borre la cláusula de la Constitución que afecta a la cuarta parte de la población", es decir, a la creación de un Estado federal donde los suníes perderían cualquier control sobre el petróleo, que quedaría en manos de kurdos y chiíes.

"Somos la voz que rechaza la ocupación y la partición del país", dijo un negociador suní
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La declaración realizada ayer por los 15 miembros suníes de la comisión constitucional es la primera que realizan de forma conjunta después de que el Gobierno iraquí anunciase que el borrador ya se había completado y estaba listo para ser sometido a referéndum el 15 de octubre.

A pesar de que el de ayer es el primer comunicado oficial del grupo suní en bloque, éstos jamás mostraron un ápice de división en los más de tres meses que lleva negociándose el texto. Todos, aún expresándose por separado, han rechazado la Carta Magna y, en especial, el modelo federal como forma de organización del nuevo Estado iraquí. Los suníes, que representan el 20% de la población iraquí (26 millones de habitantes), concentrados sobre todo en el centro y el oeste del país, temen que el federalismo ponga en peligro la unidad de Irak y que se traduzca en el control por parte de chiíes y kurdos de los pozos de petróleo del norte y del sur.

En un último esfuerzo por lograr el consenso, los suníes dijeron el sábado que llegarían a aceptar el establecimiento de una región autónoma para el Kurdistán -algo que existe de facto desde 1991-, al tiempo que reiteraron su rechazo al federalismo chií. Algunos analistas del mercado del petróleo consideraban ayer, en foros de debate en Internet, que la oferta suní sobre la autonomía kurda estaba ligada directamente con el precio del barril, ya que no les importaba tanto perder el control sobre el crudo del tipo kirkuk (el del norte, en manos kurdas), como sobre el del tipo basora light (el del sur, controlado por los chiíes), mucho más valioso en los mercados.

Los suníes, además, nunca han estado de acuerdo con las menciones sobre la identidad iraquí y las referencias al anterior régimen político del partido Baaz de Sadam Husein. "Declaramos nuestro desacuerdo y rechazo a los artículos mencionados en el borrador y a los que no se ha llegado por consenso, lo que hace que este texto sea ilegítimo", según las declaraciones del parlamentario suní Abdulnaser al Yanabi. "Hacemos un llamamiento a la Liga Árabe, a Naciones Unidas y a todas las organizaciones internacionales para que intervengan en este conflicto y ayuden a que otro texto pueda salir adelante, se clarifiquen los artículos y se corrijan sus defectos", añadió.

A pesar de su oposición, los suníes prometieron seguir en las negociaciones y mantener su presencia activa y ser "parte vital en el proceso político", especialmente con vistas a las elecciones del próximo mes de diciembre.

El negociador suní Saleh al Mutlaq afirmó que el actual Parlamento de Irak no es lo suficientemente representativo y proporcional, por lo que pidieron que este borrador de Carta Magna no sea considerado.

"Nosotros somos la voz de Irak que rechaza la ocupación [extranjera] y la partición del país. Somos representantes de quienes no participaron en los comicios [legislativos] de enero pasado", agregó Al Mutlaq. Además, subrayó que los suníes no rechazan todos los artículos de la nueva Carta Magna, sino "algunos puntos esenciales que se refieren a la unidad de Irak y a la preservación de su identidad árabe". El negociador suní advirtió de que si la nueva Constitución es refrendada "contra la voluntad del pueblo", la violencia aumentará en el país, y, si se vota en contra de ella, se "retrasará el proceso político".

Los suníes cuentan ahora con poder combatir en la calle esta Constitución que no les gusta y forzar su reforma tras el referéndum de octubre. Para que la Carta Magna quede invalidada y deban celebrarse nuevas elecciones legislativas, basta con que dos tercios de los votantes en tres de las 18 provincias iraquíes la rechacen. Los suníes son la comunidad mayoritaria en al menos tres provincias: Al Anbar, Salahedin y Nínive.

La poca presencia de la minoría suní es consecuencia de su boicoteo a las elecciones del 30 de enero, en la que kurdos y chiíes gozan de una amplia mayoría en un Parlamento de 275 escaños. Sin embargo, la comunidad no está dispuesta a repetir esa mala jugada. El negociador Al Mutlaq insistió ayer a los árabes suníes "desde Basora hasta Mosul" que se registren y participen mayoritariamente tanto en el referéndum constitucional de octubre como en las próximas elecciones nacionales de diciembre. Lo irónico es que las reglas del juego político auspiciadas por EE UU podrían acabar brindando a los suníes mucha más influencia política que la que han logrado con las campañas de boicoteo y la insurgencia armada.

Miembros de la comisión constitucional, durante una reunión en Bagdad después de la firma del borrador de la Carta Magna.
Miembros de la comisión constitucional, durante una reunión en Bagdad después de la firma del borrador de la Carta Magna.EFE

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