Gaza no puede esperar
Expertos y políticos consideran urgente la recuperación económica de la franja, donde dos de cada tres palestinos viven en la miseria
Es harto difícil dar con un asunto que suscite la unanimidad en el conflicto entre israelíes y palestinos. Pero en la necesidad de que la población de Gaza aprecie un alivio a corto plazo en su dramática existencia, todos coinciden.
El PIB de Cisjordania y Gaza ha caído el 15% desde 2000, tras estallar la segunda Intifada
Es harto difícil dar con un asunto que suscite la unanimidad en el conflicto entre israelíes y palestinos. Pero en la necesidad de que la población de Gaza aprecie un alivio a corto plazo en su dramática existencia, todos coinciden. Naciones Unidas, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), expertos israelíes y los países del golfo Pérsico destacan la urgencia de que la devastada economía de la franja mejore, aunque sea levemente, para no frustrar el eventual renacimiento de un proceso de paz que afronta obstáculos inmensos. Con todo, la recuperación económica es condición necesaria, pero no suficiente. La violencia, que rebrota en las últimas jornadas tras la evacuación de las 21 colonias de Gaza, puede echar todo al traste, mientras las claves de la prosperidad continúan en manos de Israel.
El tiempo apremia. Nigel Roberts, responsable del Banco Mundial (BM) para Cisjordania y Gaza, no cesa de insistir estos días en que "no hay tiempo que perder" para poner en marcha la recuperación económica de Gaza. Las cifras son pavorosas. El Producto Interior Bruto (PIB) de ambos territorios ocupados ha caído el 15% desde 2000, año del estallido de la segunda Intifada, y la renta por habitante se ha desplomado el 38%, precisa el informe anual de la Conferencia de Naciones para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD). El desempleo ha alcanzado el 35% en Gaza y casi dos de cada tres palestinos sobreviven con dos o menos euros diarios. La comparación con el vecino Estado judío es clarificadora: el PIB de Cisjordania y Gaza -con un censo de casi cuatro millones de personas- se sitúa en los 3.000 millones de dólares (2.440 millones de euros). En Israel, con siete millones de habitantes, se eleva a 130.000 millones.
A juicio del directivo del BM, la retirada de Gaza va a tener algunos efectos positivos porque habrá en breve plazo más libertad para los movimientos de personas y bienes. "El fenómeno de la clausura ha sido el principal problema durante los últimos cinco años. El BM está profundamente preocupado por la tremenda frustración de la población, especialmente de los jóvenes de entre 16 y 25 años que nunca han tenido un trabajo. Hay que crear empleos en pocas semanas, aunque en principio sean temporales. Esto no puede esperar. La seguridad de Israel es incompatible con el empobrecimiento de Gaza", apunta Roberts.
"Gaza debe tener mucho mejor acceso al mundo exterior, a través de la frontera con Egipto e Israel. Y a través del puerto y del aeropuerto", indica el responsable del BM. Respecto al vital aeródromo Yasir Arafat, situado en la ciudad de Rafah, junto a la frontera con el vecino árabe del sur, el funcionario del BM señala que "existen negociaciones entre los donantes" para rehabilitar esta infraestructura esencial para el despegue económico de la franja y que el dinero ya está listo. Sólo falta la autorización del Gobierno de Ariel Sharon. Sin embargo, el informe de la UNCTAD subraya en este sentido que el Protocolo de Relaciones Económicas entre Israel y Palestina "deja muy poco margen a los responsables palestinos", que se reduce a la capacidad de "asignar gastos".
La reapertura del aeropuerto no parece inminente. "Aún no sabemos si los palestinos podrán salir de Gaza tras la evacuación a través de Rafah. No sabemos qué productos podrán entrar y salir. No sabemos si podremos operar en el aeropuerto, ni si tendremos una conexión con Cisjordania", afirma Diana Buttu, asesora legal de la ANP, que prosigue: "Sólo podremos tener éxito si controlamos nuestro espacio aéreo y marítimo y nuestras fronteras". Lo que sí se conoce ya es la disposición de los ricos Estados petroleros del Golfo para aportar fondos para la reconstrucción. Por el momento Emiratos Árabes Unidos ha anunciado que construirá 3.000 viviendas en las tierras que ocupaba el asentamiento de Morag. Y Mohamed Dahlan, ministro de Asuntos Civiles, destaca que Kuwait, Arabia Saudí y Qatar están interesados en invertir en Gaza. También la Comisión Europea ha comprometido 80 millones de euros para la reconstrucción y para reforzar las débiles instituciones palestinas.
A medio plazo, Roberts dice que Gaza tiene potencial para desarrollarse. No obstante, es imprescindible el desembarco de los capitales privados. Y para captar esos fondos, apunta en un claro mensaje a la ANP, debe producirse "un cambio tremendo" en el panorama político de los territorios ocupados. "Sin un sistema judicial y legal adecuado", dice, "es muy complicado atraer la inversión privada". De lo contrario, añade, Gaza "seguirá empobreciéndose".
El presidente palestino, Mahmud Abbas, que también necesita de la recuperación para afrontar con garantías las elecciones legislativas del 25 de enero, debe impedir a toda costa que la corrupción cause los estragos de antaño. Sus más enconados rivales admiten la sinceridad de su empeño. Consciente de la magnitud del desafío, Nafez Assam, miembro de la cúpula dirigente de Yihad Islámica, aseguró hace días a este diario: "Creo que es sincero cuando dice que está luchando contra la corrupción. Estamos satisfechos, porque entendemos los problemas que tiene en el interior de su partido".
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