El PP se queda solo en sus acusaciones a Bono de gestionar mal la crisis del Cougar

"La imaginación es el aprovechamiento de lo que se tiene en la memoria". El ministro de Defensa, José Bono, recurrió a una cita del pintor francés Pierre Bonnard para replicar al portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, en el debate sobre el siniestro que el pasado día 16 sufrió un helicóptero Cougar del Ejército español a 22 kilómetros de Herat (Afganistán), pereciendo sus 17 ocupantes. El portavoz popular había exprimido hasta la náusea la fórmula retórica del Nosotros no somos como ustedes, no vamos a acusarles de... para tratar de atribuir al Gobierno socialista las gravísimas irregularidades en que incurrió el Ejecutivo del PP con el accidente del Yakovlev-42: errónea identificación de los cadáveres, empleo de una aeronave insegura o cansancio de las tripulaciones.

El titular de Defensa recrimina a Zaplana que cuestione la identificación de los cadáveres que aceptan sus parientes

"Nadie podrá acusar al ministro de haber dicho que Afganistán era una apacible zona hortofrutícola"

"Mi mayor preocupación fue tratar de ayudar a las familias y no aumentar su dolor con nuestras torpezas"

El PP advierte de que pedirá una comisión de investigación si no se reúne la de secretos

Pero la estrategia del PP fracasó estrepitosamente. Todos los demás grupos aprobaron la gestión de la crisis realizada por el Gobierno (de positiva "con mayúsculas" la calificó el portavoz de CiU, Josep Maldonado) incluidos los que, como Izquierda Verde y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), reclamaron la retirada de las tropas españolas de Afganistán. Pero el ministro de Defensa traía, sobre todo, el aval de los principales afectados: las familias de las víctimas.

Tras recordar que un diputado del PP (Manuel Atencia) se había preguntado "qué iba en los ataúdes" recibidos con honores en la base de Getafe (Madrid) el pasado jueves, Bono respondió: "Lo que iba en los ataúdes es lo que certificaron los forenses, lo que certificó el equipo de investigación de la Guardia Civil, lo que firmaron las familias ¿O habrá que pedir permiso a algún portavoz de algún grupo para que firme donde firmaron los padres y madres, que renunciaron a hacer ninguna prueba adicional de los cadáveres?".

"Mi preocupación más importante, una vez conocida la dimensión de la tragedia, fue tratar de ayudar a las familias y, en cualquier caso, no aumentar su dolor con nuestras torpezas", dijo Bono, poniendo de nuevo en evidencia la desastrosa gestión del caso Yak-42 que hizo su antecesor, incluso si no era ésa su intención.

También recordó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo más de cuatro horas con las familias de las víctimas el viernes por la noche, en vísperas del funeral de Estado. "Me emocionó porque a otras familias otros presidentes no las recibieron nunca", agregó.

El enfrentamiento dialéctico entre Bono y Zaplana puso fin a más de cinco horas de debate en la Comisión de Defensa del Congreso, que se prolongó luego en la Diputación Permanente, donde el PP intentó -con el apoyo en este caso de Izquierda Verde- forzar la comparecencia del presidente del Gobierno.

Ese extraño maridaje fue fruto de la aparente confusión de dos debates diferentes: el referido a la presencia de las tropas españolas en Afganistán y el relacionado con la gestión del accidente. En el primero de estos asuntos, el PP se posicionó al lado del Gobierno, aunque intentando subrayar los paralelismos entre este conflicto y el de Irak y asegurando que el aumento de tropas en el primero es una forma de compensar la "vergonzosa" retirada del segundo. "¡Dígalo de una vez, que Afganistán e Irak son vasos comunicantes!", le espetó Zaplana a Bono. Además, acusó al presidente de "faltar a la verdad", porque la misión en Afganistán es de "un alto y creciente riesgo que Zapatero trató de ocultar".

El portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó al PP de "doble discurso", por realizar continuas apelaciones a su "sentido de Estado" y, a la vez, sembrar dudas sobre la misión en Afganistán. Negó que el PSOE haya incurrido en incoherencia, y recordó que el entonces jefe del Gobierno, José María Aznar, tuvo el apoyo de los socialistas cuando, en diciembre de 2001, decidió enviar tropas a Afganistán, mientras que éstos se opusieron desde el principio a la operación en Irak, que no tenía el aval de Naciones Unidas.

"A Afganistán se fue a luchar contra el terrorismo y Bin Laden estaba allí. A Irak se fue a buscar armas de destrucción masiva que todo el mundo sabía que no estaban, salvo el PP", afirmó.

Bono recordó que nunca había ocultado los riesgos de la misión. "Alguien dijo que se exageraban los riesgos, pero lo que nadie podrá decir es que el ministro de Defensa dijo que Afganistán fuera una apacible zona hortofrutícola", agregó, en referencia al modo como calificó su antecesor, Federico Trillo-Figueroa, la zona de Irak adonde fueron las tropas españolas.

En respuesta a Llamazares, Bono admitió que el Parlamento no había "votado en términos estrictos" el actual despliegue en Afganistán; pues el acuerdo adoptado por el pleno del Congreso, en julio de 2004, aludía al contingente de Kabul y al batallón para las elecciones presidenciales de otoño pasado. Recordó, sin embargo, que acudió en dos ocasiones ante la Comisión de Defensa, en febrero y junio de este año, para consultar la creación del Equipo de Reconstrucción Provincial de Qal-i-Naw y la base de Herat, así como el envío de otro batallón para las elecciones legislativas del 18 de septiembre. "El Parlamento sí que ha tomado acuerdo, aunque no con el voto, porque hemos hablado profundamente del asunto y ha habido una manifestación indubitada de los grupos", agregó.

Bono explicó que ha ordenado que el batallón electoral, al que pertenecían 12 de los 17 fallecidos, inicie su repliegue dos días después de las elecciones y reveló que la previsión de que España asuma el mando de todas las tropas de la OTAN en Afganistán, en 2007, se tomó en el Consejo Atlántico en enero de 2004; es decir, cuando gobernaba el PP.

Bono garantizó, no obstante, al portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puig, quien le había preguntado por el aumento de efectivos que supondrá esa nueva responsabilidad, que el Gobierno no tomará ninguna decisión sin el apoyo del Parlamento.

Todos los grupos se dieron por satisfechos con las explicaciones del ministro, quien sólo apuntó al accidente como causa más probable del siniestro sin profundizar en las causas, aunque le pidieron que envíe al Congreso el informe definitivo de la comisión de investigación técnica cuando esté listo, en un plazo de 45 días.

Sólo Zaplana pidió una reunión de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, para que examine todos los informes con que cuenta el Gobierno sobre riesgos en la zona, y advirtió de que, si no se acepta esta petición, el PP se "verá obligado" a pedir una comisión de investigación.

El último duelo con Zaplana se produjo cuando éste le reprochó haber dicho que no permitiría a un hijo suyo volar en un Yakovlev. "Ha dicho Su Señoría si yo subiría a uno de mis hijos en un helicóptero como ése. La respuesta es clara: Yo me subí 15 días antes del siniestro, cuando visité a las tropas en Afganistán".