"Se pierde el control y el aparato se incendia"

"Cuanto les relato a continuación tiene su fundamento en el informe técnico inicial remitido por el general presidente de la comisión de investigación de accidentes aéreos, en informes del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, que ayer noche [por la del martes], en el plazo legal [siete días], me remitieron desde Herat (Afganistán)". Con estas palabras, el ministro de Defensa, José Bono, comenzó ayer un detallado relato del "accidente" en el que perdieron la vida los 17 militares españoles en Afganistán.

Bono basó su exposición en esos informes y también en "diversos testimonios" recibidos "desde el día del siniestro". El ministro, que comenzó su intervención lamentando la pérdida de vidas, tras destacar la "carga emocional de lo vivido", reconoció que "los riesgos existen y los militares, además, los asumen". "Hoy comparezco para darles cuenta del riesgo que lamentablemente se ha transformado en grave siniestro".

La maniobra del otro helicóptero pudo deberse a que avistó fuego, según Bono

El primer impacto sobre el terreno pudo producirse con el tren delantero

Aunque aseguró que no iba a dar "una respuesta indiscutible", manifestó su intención de ofrecer "las diferentes hipótesis" que, según los informes, pueden mantenerse "con algún grado de verosimilitud". Bono señaló que "el hecho cierto, cualquiera que sea la causa, es que el helicóptero ET-657 después de superar una colina contacta con el suelo". La consecuencia de ese "imprevisto contacto" es que "se pierde el control" y el ET-657 llega "perdiendo parte de su estructura, fuselaje y combustible, hasta unos 50 o 60 metros del lugar del primer impacto, donde se incendia".

Bono aludió a las condiciones medioambientales y explicó que el pasado día 16 "el viento en cola era de unos 20 nudos, con rachas de unos 35". Y respondiendo a los que según él no se "acomodan a la verdad" al decir que esas rachas "no afectan al vuelo", señaló que "no es lo mismo llevar el viento en cara que en cola".

Explicó que "después de superar una colina y seguir la marcha en el sentido del viento (...), el helicóptero tiende a descender" y si el vuelo es a poca altura "no es improbable un toque en tierra". Así lo constata el informe inicial hecho público ayer en la comisión, en el que se explica que las condiciones ambientales eran "de fuerte viento racheado y elevada temperatura", lo que añadía "dificultad para el vuelo a muy baja cota, aumentada en este caso por tenerlo en cola".

Para ilustrar sus explicaciones, el titular de Defensa recurrió a la proyección de unas fotografías tomadas en la zona del siniestro. En las instantáneas se ve una mancha negra, "claramente apreciable en el terreno", que, según el informe inicial, se produjo "al arder el combustible que había perdido [el helicóptero]".

A continuación, Bono explicó que el primer impacto en el terreno pudo producirse "posiblemente con el tren delantero". Apoyándose en una animación realizada por ordenador, explicó que el ET-657 tocó "posteriormente con el tren trasero" y, finalmente, "con toda la panza". No obstante, el ministro señaló que cuando se investiguen los restos que llegarán hoy, "previsiblemente", a la Maestranza de Madrid (un taller de mantenimiento del Ejército del Aire), se podrá arrojar "más luz para averiguar las causas del siniestro".

El ministro también narró los detalles del trágico día y explicó cómo se produjo el accidente del segundo aparato.

El ET-657 (en el que viajaban los fallecidos) y el ET-659 partieron a las 11 de la mañana del 16 de agosto "para realizar una operación de helitransporte en vuelo táctico". El motivo de este vuelo táctico (rasante), que llevaban a cabo los dos Cougar, es que en Afganistán las dos armas más peligrosas para los helicópteros son "los misiles guiados por infrarrojos y los lanzagranadas". Ambas "necesitan un tiempo de puntería y para evitar que el tirador tenga tiempo suficiente de hacerla, se vuela bajo".

En cuanto a la misión de los dos aparatos, Bono explicó con detalle los acontecimientos que precedieron al "accidente". En su relato, el ministro aclaró que la tripulación de los dos Cougar recibió una explicación previa, por parte del capitán Guitard. En la explicación destacó "que la ruta era ya conocida; volarían dejando la carretera a su izquierda; no volarían en formación, pero sí con contacto visual; la altura de vuelo sería entre 50 y 60 pies [15-20 metros]; la velocidad máxima alcanzaría unos 230 kilómetros por hora, y la amenaza se situaba en un grado medio".

Después de recorrer 21 kilómetros en dirección sur, el helicóptero siniestrado, ET-657, volaba 500 metros delante del otro. El segundo aparato, ET-659, "elevó repentinamente el morro [maniobra conocida como flare]", antes de "descrestar" [superar un monte]. Después "gira bruscamente a la izquierda" y "no consigue frenarse antes de la cima de la colina, sino que la sobrepasa". La explicación según el relato del ministro de Defensa, es que la "maniobra parece estar motivada por que el piloto avistó fuego y humo en su dirección de vuelo".

Al parecer, el ET-659 "intenta escapar" y cae a consecuencia "del brusco giro y de la fuerza del viento". "El giro quizá fue producto de quien pensó que si había sido atacado el helicóptero que le precedía también lo sería el suyo". Después hicieron unos disparos al aire, al ver a "dos individuos con túnicas" que fueron detenidos, así como a otros tres que viajaban en moto. Entonces se acercaron hasta "los restos ya calcinados del primero" y allí pudieron comprobar que "se había producido la muerte de todos los ocupantes: sus 17 compañeros".