La firmeza del ministro de Hacienda de Brasil da un respiro al Gobierno de Lula

La respuesta contundente del ministro brasileño de Hacienda, Antonio Palocci, a las acusaciones de corrupción en su contra ha dado un respiro al clima político enrarecido que impera en Brasil a causa de las acusaciones contra miembros del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y dirigentes del Partido de los Trabajadores. Representantes de los partidos de la oposición y del sector empresarial sugirieron que Lula debería tomar nota de la actitud diligente de su ministro de Hacienda.

Por primera vez desde que comenzaron las denuncias de corrupción, un miembro del Gobierno contraatacó con eficacia. Palocci se sometió el domingo durante más de dos horas a las preguntas de los periodistas. Dos días antes, la Bolsa y la moneda brasileña sintieron los efectos del nerviosismo en los mercados cuando un antiguo asesor de Palocci, Rogério Buratti, le acusó de cobrar sobornos cuando era alcalde de la ciudad de Ribeirão Preto, en los noventa.

Los interrogadores del Ministerio Público divulgaron a la prensa las denuncias de Buratti, detenido y acusado de varios delitos de corrupción, sin respetar que el proceso está en fase de investigación. El procurador (fiscal) general de la República, Antonio Fernando Souza, criticó la actuación de aquellos funcionarios. "El Ministerio Público debe tratar sus investigaciones con discreción y responsabilidad, y asegurar las garantías constitucionales de los ciudadanos", advierte en un comunicado.

Palocci, consciente de que es un pilar fundamental del Gobierno, cuidó las formas y el fondo en su comparecencia. La mayoría de los medios de comunicación, políticos y empresarios, le creyeron, lo que contribuye a desactivar momentáneamente la crisis.

Destacados líderes de la oposición aplaudieron la actitud de Palocci y subrayaron que es el mejor valor del Ejecutivo. "Es uno de los hombres con más credibilidad del Gobierno. Su dimisión no sería buena", declaró José Serra, alcalde de São Paulo y principal aspirante de la oposición en las elecciones presidenciales de 2006.

Lula salió ayer en defensa de su ministro al señalar que había mostrado la seguridad del inocente, reiteró que la crisis política no afecta a la situación económica y aseguró que el Gobierno colaborará con las investigaciones. El presidente advirtió de que la crisis será larga, ya que las comisiones de investigación concluirán sus trabajos el 15 de octubre, tras lo cual entrará en acción el Ministerio Público.