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Reportaje:

El vino del Duero baja revuelto

Las bodegas históricas critican la política de precios de las recién llegadas

Ribera del Duero es la denominación de origen en el sector del vino que ha experimentado en los últimos años el mayor crecimiento, tanto en superficie como en producción y bodegas instaladas. Este cambio ha estado acompañado por la apertura de una profunda brecha entre bodegas históricas, que basaron su desarrollo en una calidad muy peculiar a precios altos, y algunas grandes bodegas recién llegadas y algunas cooperativas que están recurriendo a los precios bajos para dar salida a sus grandes producciones.

Miguel Ángel Carrascal, presidente de Protos, considera que es indispensable mantener unos niveles de alta calidad en los vinos
José García Carrión opina que se puede vender un ribera del duero aceptable a un precio bajo, lo que permitirá dar salida a la producción

Según los datos manejados por el Consejo Regulador, tomando sólo como referencia los últimos cinco años, en este periodo se ha pasado de 120 a 220 bodegas con inversores que han ido desde la casi totalidad de los grandes grupos del vino nacionales, hasta las inversiones de personas ajenas totalmente al sector que no tenían ni han creado un fondo de comercio. En el mismo periodo, la superficie ha pasado de 14.000 a casi 20.000 hectáreas que han ido desde las tierras de calidad para la viña, pasando por los páramos hasta las zonas de vega donde las uvas son como ciruelas. Todo ello se ha traducido en unas producciones medias de unos 70 millones de kilos, de los que no se llegan a calificar como vino de Ribera del Duero aproximadamente un 20% por falta de calidad.

En el conjunto del sector, según el Ministerio de Agricultura, las ventas de vinos de calidad mantienen una línea de crecimiento medio del 12% anual. En el caso de Ribera, ese crecimiento en los últimos años ha sido de casi el 30% anual. Mientras, las bodegas que venden a precios medios o altos mantienen sus cuotas de mercado sin stocks, grandes bodegas u otras que han llegado sin un fondo de comercio están teniendo que acudir a los precios bajos con su marca o la marca de la distribución para hacer sitio en las bodegas.

Debate con dos orillas

Frente al clima de unidad en el sector que existía en el pasado, la actual situación ha planteado un debate con dos orillas. Por un lado están las bodegas históricas como Vega Sicilia, Protos, Pesquera, Viña Pedrosa y otras más jóvenes como Cillar de Silos, Sastre o Carraovejas, que mantienen su apuesta de futuro basada en precios medios/altos y gran calidad, hoy sin stocks. En la otra orilla estarían bodegas con grandes producciones u otras sin fondo de comercio que se están agarrando a los precios bajos para dar salida a una parte de sus existencias para hacer hueco en las bodegas, como Solis, García Carrión o Bodegas y Bebidas junto a grupos cooperativos con algunos vinos por debajo de los tres euros por botella, tanto con marca propia como con marcas de la distribución.

Para el presidente de Protos, Miguel Ángel Carrascal, es preciso cada día ajustar más los precios, pero es indispensable en todo momento mantener unos niveles altos de calidad con las condiciones específicas que hicieron famosos estos caldos para no perder mercados. "No se puede tirar por la borda o ni siquiera poner en peligro el patrimonio del pasado".

Óscar Aragón, enólogo y uno de los propietarios de la bodega familiar Cillar de Silos, considera que la venta de vinos del Duero a precios bajos puede suponer un factor negativo para el conjunto del sector, aunque confía en la capacidad del consumidor para diferenciar un vino de otro y que se le engañe dos veces. "En nuestro caso, a pesar de la existencia de excedentes en el sector mantenemos nuestra apuesta por la máxima calidad a precios medios. Lejos de bajar seguimos aumentando las ventas, lo que indica que éste es el camino".

Un dato negativo

José Manuel Pérez Ovejas, enólogo de Viña Pedrosa, considera que la política seguida por diferentes empresas de vender a precios bajos vinos del Duero constituye un dato negativo para el conjunto de la denominación de origen y, sobre todo, para quienes han apostado desde siempre por la calidad y vino diferenciado a un precio más alto. Pérez Ovejas estima que muchos de los recién llegados a la zona solamente se están beneficiando del trabajo hecho por otros en los años precedentes y que pueden acabar con todo ese esfuerzo.

Desde la otra orilla, José García Carrión, con bodega en la zona, es ya hoy el mayor comercializador de vinos de Ribera del Duero, parte de los cuales se comercializan a precios bajos. En su opinión, se puede vender un Ribera del Duero aceptable a un precio bajo, lo que supondría un factor positivo para dar salida a una parte muy importante de una producción en aumento si se quiere hacer frente a las estrategias de otros países que van en esa misma dirección.

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