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Un avión chipriota con 121 personas, de ellas 48 niños, se estrella cerca de Atenas

Los ocupantes pudieron fallecer de frío antes del impacto por una avería en la refrigeración

Un avión chipriota se estrelló ayer por la mañana en Grecia tras sufrir una avería en una zona montañosa a unos 40 kilómetros de Atenas. No hubo supervivientes entre las 121 personas, entre ellas 48 niños, que viajaban procedentes de Larnaca (Chipre) con destino a Praga. Los ocupantes, según las primeras investigaciones, murieron congelados o asfixiados momentos antes de que el avión se estrellara. El accidente fue consecuencia de un fallo del sistema de refrigeración, informaron las autoridades, que en un primer momento no habían descartado la hipótesis de un atentado.

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"Nada indica que haya supervivientes", declaró un portavoz de la policía griega poco después de que el avión de pasajeros procedente de Chipre con destino a Praga, se estrellara cerca de Atenas a las 12.04 hora local (una hora menos en la España peninsular).

Todos, tanto los 115 pasajeros como los seis miembros de la tripulación, pudieron haber fallecido minutos antes del impacto por congelación o asfixia, según trascendió ayer tras las primeras investigaciones de las autoridades griegas y chipriotas. "Las víctimas son en su mayoría de nacionalidad chipriota, entre ellas un grupo de 48 niños que iban de vacaciones a Praga", informó un representante de la compañía propietaria del avión siniestrado.

El Boeing 737 de las aerolíneas de bajo coste Helios despegó del aeropuerto de Larnaca a las 9.07 hora local. Después de 20 minutos de vuelo, el piloto se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto chipriota para informar de que tenía un problema con el sistema de refrigeración y presión de la cabina. A partir de ese momento se perdió el contacto con la tripulación.

El Boeing entró en el espacio aéreo griego sin poder comunicarse con la torre de control del aeropuerto de Atenas, donde debía hacer una escala para desembarcar a 67 pasajeros. Las autoridades griegas ordenaron enseguida que dos cazas militares F-16 interceptaran el avión. Los bombarderos siguieron al avión y los militares vieron que el Boeing viajaba sin pilotos, uno de los cuales parecía inconsciente o muerto en su puesto, y que en la zona de pasajeros se divisaban máscaras de oxígeno.

El avión se estrelló en un área montañosa muy cerca de la localidad de Gramatiko, a unos 40 kilómetros de Atenas y a siete kilómetros del aeropuerto internacional de la capital griega. El riesgo de que cayera en un centro habitado hizo que en un primer momento las autoridades pensaran en un atentado, pero esta hipótesis fue descartada tras escuchar los testimonios de los militares. "Las primeras indicaciones, en Chipre y en Grecia, es que no estuvo causado por un acto de terrorismo", declaró ayer el portavoz del Gobierno chipriota, Marios Karoyian.

Varios pasajeros de vuelos anteriores de la misma compañía habían declarado, hace unos meses, que durante los viajes experimentaban "problemas de presión" en la cabina del mismo avión. Esta información fue, sin embargo, desmentida ayer por la tarde por representantes de Helios.

El accidente aéreo causó también un incendio forestal en la zona del impacto. Los bomberos tardaron algunas horas en extinguirlo debido a que los escombros incandescentes se encontraban repartidos por toda la ladera de la montaña en la que se estrelló el avión.

Junto a los efectos personales de los pasajeros, las autoridades encontraron también las dos cajas negras del Boeing. Mientras los investigadores estudiaban ayer por la tarde "todas las posibilidades" acerca de causas y responsabilidades del accidente aéreo, los restos de las víctimas fueron trasladados al tanatorio de una localidad cercana para el reconocimiento de los familiares.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España informó de que no hay ningún español entre las víctimas del accidente. Las embajadas en Atenas y en Nicosia estuvieron ayer pendientes de la información desde que se conoció el accidente.

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Transportes, Jacques Barrot, afirmó ayer que el accidente pone de relieve la necesidad de seguir reforzando la seguridad aérea en la UE.

Familiares de una de las víctimas del accidente aéreo, en el aeropuerto chipriota de Larnaca.
Familiares de una de las víctimas del accidente aéreo, en el aeropuerto chipriota de Larnaca.ASSOCIATED PRESS

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