Mueren los 160 ocupantes de un avión colombiano tras estrellarse en el noroeste de Venezuela
Hallada una de las dos 'cajas negras' del aparato
Un avión MD-80 de la aerolínea colombiana West Caribbean Airways (WCA), con 160 personas a bordo, 152 pasajeros de nacionalidad francesa y ocho tripulantes colombianos, se ha estrellado esta madrugada hora local en la Sierra de Perijá, en el Estado de Zulia, en el extremo noroccidental de Venezuela. Tanto las autoridades colombianas como las venezolanas y francesas han confirmado que no hay supervivientes. Entre los fallecidos hay al menos un niño. La Sierra de Perijá, que marca la frontera entre Colombia y Venezuela, es una zona escarpada y selvática de difícil acceso, lo que complica las labores de rescate. De momento una de las cajas negras ha sido recuperada, según informa la agencia France Press citando fuentes oficiales venezolanas.
La WCA ha emitido un breve comunicado desde su sede central de Medellín en el que informa de que el avión estaba a cargo de ocho tripulantes, al parecer todos colombianos, y que en él viajaban 152 pasajeros. Por su parte, las autoridades francesas de Aviación Civil han confirmado que todos los pasajeros son de la isla Martinica, departamento francés de Ultramar. Según la nota de la WCA, "el vuelo, que cubría la ruta Panamá-Martinica con 151 pasajeros y un niño, y ocho tripulantes a bordo, se declaró en emergencia a 20 millas (32 kilómetros) de la frontera entre Colombia y Venezuela". La compañía propietaria del aparato siniestrado añade que "los grupos de rescate de Venezuela confirmaron que el avión se encuentra accidentado en la zona de Machiques, vereda la Cucharita, en Venezuela".
"Todas las entidades de rescate de Venezuela comenzaron labores para llegar al punto del accidente, pero según ellos es un difícil lograrlo", asegura la WCA en el primer comunicado que ofrece tras informarse del siniestro. Los servicios de rescate han llegado ya al lugar del accidente desde la ciudad petrolera de Maracaibo, capital del Estado venezolano de Zulia, en el que se encuentra la Sierra de Perijá, y han comenzado la evacuación de cadáveres. El lugar ha sido acordonado por fuerzas militares para facilitar las labores de salvamento. La Dirección Nacional de Protección Civil ha informado de que están instalando un hospital de campaña en Machiques para recibir a las víctimas del accidente. Los habitantes de la zona, que aseguran haber oído una fuerte explosión (se supone provocada por el impacto del avión al caer a tierra) han indicado que los cuerpos están diseminados por una amplia zona.
Problemas con los motores
El ministro del Interior venezolano, Jesse Chacón, ha informado de que helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea han sobrevolado ya la zona para examinar lo ocurrido. Por su parte, el Ministerio francés de Exteriores ha creado un grupo de crisis y abierto una línea telefónica para informar a los familiares de los pasajeros (0 800 174 174). En el aeropuerto de destino, Lamentin de Fort-de-France, en la capital de Martinica, se ha abierto también una célula de crisis para atender a las familias. Según la televisión LCI, hay "mucha emoción" entre las decenas de familiares que han acudido al aeropuerto. El presidente francés, Jacques Chirac, conmocionado por la "espantosa catástrofe aérea" y en contacto "permanente" con el primer ministro, Dominique de Villepin, ha pedido al ministro de Ultramar, Francois Baroin, que viaje de inmediato a Martinica.
El presidente ha expresado sus condolencias "más sinceras" y su "profundo pesar" a las familias de las víctimas. El avión accidentado era un birreactor MD-80, que realizaba un vuelo chárter que había partido a las 6.00 GMT (dos horas más en la España peninsular) del aeropuerto panameño de Tocumén y tenía como destino la terminal de Lamentin, a las afueras de Fort-de-France, la capital de Martinica. Las autoridades aeronáuticas de Venezuela y Panamá han informado de que la tripulación de la aeronave informó, una hora después del despegue, de que sufría un fallo en un motor cuando sobrevolaba el espacio del país vecino. Por esta razón, pidió permiso para entrar en el espacio aéreo venezolano y aterrizar en Maracaibo.
Posteriormente, volvió a comunicarse con la torre de control para alertar de que también tenía problemas en el otro motor, momento en el que, según los controladores aéreos que seguían su curso, comenzó a caer a razón de 7.000 pies (2.135 metros) por minuto, hasta estrellarse. En cuanto a las causas del accidente, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia ha indicado que el avión había sido objeto de dos controles por parte de las autoridades aeronáuticas francesas este año y no se habían detectado problemas. La DGAC ha añadido que las normas a las que están sometidos los aviones en el Caribe francés son las mismas que rigen en Europa. Un equipo de la Oficina de Investigación de Accidentes se dispone a viajar a Venezuela para participar en la investigación.
Este accidente es el segundo de una aeronave de la misma compañía que se registra desde el 26 de marzo, cuando una avioneta que cubría una ruta en el Caribe colombiano se estrelló cuando despegaba de la isla de Providencia. El pequeño avión era un Let-410 con 12 pasajeros y dos tripulantes que tenía previsto regresar a San Andrés, la isla mayor del archipiélago de San Andrés y Providencia. En el accidente murieron ocho personas, incluidos los dos tripulantes, en tanto que otras seis resultaron heridas.
La suerte del pasajero 153
En el avión accidentado debían haber viajado de Panamá a Martinica 153 turistas, pero uno de ellos, de nacionalidad francesa como todos los fallecidos, no abordó el vuelo, según han informado fuentes de la empresa. Por ello algunos medios han difundido a lo largo del día la cifra de 161 muertos en el siniestro.
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