Más de 400 parejas de todo el mundo compiten en la final del campeonato de baile de tango
Diez días y diez noches. Éste es el plazo que se han dado desde el viernes más de 400 parejas procedentes de todo el mundo para demostrar a un jurado quienes son los mejores bailarines de tango del mundo. Japoneses, australianos, italianos, españoles y, por supuesto, argentinos tratarán de hacerse con el III Campeonato del Mundo de Baile de Tango que se celebra en Buenos Aires y que por el volumen de su organización y la expectación generada demuestran una resurrección de este baile.
Pero no se trata sólo de una competición. En lo que constituye una auténtica feria de exposiciones dedicada al tango los visitantes pueden asistir a actuaciones, explicaciones históricas o clases gratuitas para iniciarse en un baile universal, sí, pero al que los argentinos subrayan que hay que ponerle tanta alma como técnica. "Siempre hubo otros lugares en el mundo donde se bailaba bien técnicamente el tango, pero les faltaba la cadencia. El movimiento, el espíritu de un lugar también se pueden enseñar. Ya no hay más tango de Hollywood", señala el bailarín y coreógrafo Juan Carlos Copes, padrino del torneo.
Dos parejas españolas compiten después de haber vencido en el campeonato disputado en Benalmádena (Málaga) entre el 1 y el 3 de julio pasados. Una procede de Granada y la otra de San Sebastián.
En los últimos años el tango ha experimentado una fuerte expansión. En Argentina, las academias de baile son frecuentadas por jóvenes que ya no quieren aprender rock and roll o cumbia y han impulsado el baile. En la actualidad, agencias de viajes y hoteles ofrecen a los turistas paquetes completos de estancias en Buenos Aires donde van incluidas las clases de tango, charlas y visitas a lugares relacionados con esta música. Una oferta de calidad y la ventaja en el cambio de moneda han facilitado el surgimiento con fuerza de este tipo de turismo. El lugar donde se celebra el campeonato es una muestra de esta industria emergente: discos, trajes, zapatos o rarezas de colección, entre otros artículos, son expuestos a la venta por una veintena de locales especializados en el tango.
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