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La UE impone el reciclaje de los aparatos electrónicos

Los aparatos electrónicos y eléctricos deben ser reciclados desde ayer, en que entró en vigor la Directiva europea sobre Reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), cuyo objetivo es evitar la contaminación que producen los residuos de estos productos.

El objetivo es recoger una media de cuatro kilogramos de residuos por habitante y año. La UE impone a los productores que reciclen, al menos, entre el 70% y el 80% del peso medio del aparato.

Según la norma, "la gestión adecuada de este tipo de residuos es responsabilidad de los fabricantes e importadores". Por su parte, los consumidores están obligados a desprenderse de estos residuos en los lugares establecidos.

El coste que tendrá este reciclaje no está claro aún. Los productores y consumidores denunciaron hace unas semanas que los distribuidores no querían desglosar ese coste en sus facturas, lo que significa, según ellos, que quieren aplicar su margen comercial sobre ese coste. Esto puede llegar a generarles "unos ingresos atípicos, y éticamente muy dudosos de unos 90 millones de euros", explica José Ramón Carbajosa, director General de Ecolec, la fundación encargada del reciclaje. Productores y distribuidores están aún negociando.

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