La huelga de British Airways deja en tierra a 100.000 viajeros en todo el mundo
La aerolínea reanudó anoche algunos vuelos, tras haber suspendido 656 en dos días de paro
Unos 70.000 pasajeros, 100.000 en dos días de huelga, se vieron afectados ayer por la cancelación de 535 vuelos de British Airways (BA) en la segunda jornada de protesta en el aeropuerto londinense de Heathrow. La aerolínea británica reanudó anoche algunos vuelos tras el retorno a sus puestos de trabajo de parte del personal que secundó la protesta de los empleados de una empresa de servicio de comidas en dificultades económicas. No obstante, la normalidad tardará días en regresar a las terminales del aeropuerto internacional más importante de Europa.
Poco pudo hacer British Airways en la segunda jornada consecutiva de crisis en el principal aeropuerto de Londres. Con su plantilla de tierra en huelga, la primera aerolínea británica, y tercera en Europa, canceló 535 vuelos con salida en sus terminales de Heathrow y desvió a otras ciudades inglesas, e incluso a París, la llegada de algunos trayectos de largo recorrido.
Las cancelaciones de vuelos de ayer frustraron los planes de viaje de unas 70.000 personas. En total, unos 100.000 viajeros se han visto afectados por la suspensión de 656 vuelos durante los dos últimos días. Es el tercer verano que British Airways acusa serias dificultades, todas ellas relacionadas directa o indirectamente con sus empleados.
Por la tarde, dos tercios del personal de British Airways en huelga retornaron a sus puestos de trabajo, en el primer paso positivo dado para resolver la crisis. El día anterior, unos mil empleados en el manejo de maletas y facturación salieron a la calle en solidaridad con la plantilla de Gate Gourmet, la empresa independiente de servicio de comidas que suministra la comida en los vuelos de la aerolínea.
Los afiliados a la Unión General de Trabajadores de Transporte (TGWU) protagonizaron una huelga ilegal en apoyo del personal que Gate Gourmet despidió el miércoles. El número de despidos está en disputa entre las partes -la empresa habla de 350, y los empleados, de cerca de 600-, pero muchos son antiguos colegas de los trabajadores de British Airways. En 1997, la aerolínea subcontrató el suministro de catering a la mencionada empresa, propiedad actualmente de un grupo estadounidense.
Reacción de la línea aérea
"Ésta no es nuestra disputa. Nuestros clientes deben tener prioridad, y todos los que han participado en crear esta caótica situación deben recobrar la sensatez", exigió Rod Eddington, director ejecutivo de British Airways. La aerolínea había previsto reanudar los vuelos a las siete de la tarde, hora peninsular española, pero se vio obligada a retrasar sus planes un par de horas más, a las nueve de la noche.
Mientras, la aerolínea intentaba acomodar a los pasajeros en vuelos alternativos de otras compañías. British Airways ofreció al mismo tiempo la posibilidad de cambiar de fecha y/o destino de los billetes de todos los afectados por las dos jornadas de crisis. Los pasajeros pueden también reclamar el reembolso del dinero pagado por los vuelos que nunca partieron de Heathrow.
La normalidad tardará días en retornar a las tres terminales de Heathrow donde opera British Airways. Así lo indicó Eddington al señalar que un centenar de sus aviones y un millar de pilotos y azafatas se encontraban ayer "en el sitio incorrecto".
Los analistas calculan que cada jornada de huelga costará a British Airways unos 14,5 millones de euros. Éste es el coste a corto plazo, que no incluye los efectos negativos más longevos en cuanto a la imagen y eficiencia de la primera aerolínea británica. Comenzaba a remontarse financieramente, y en los resultados del primer cuatrimestre del año, hasta el pasado 30 de junio, anunció un incremento de facturación del 8,3% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Los beneficios antes de impuestos también mejoraron hasta un total de 124 millones de libras (181 millones de euros).
Como el resto de las aerolíneas nacionales, British Airways se enfrenta a la brutal competencia de las empresas de vuelos a bajo coste y al incremento en el precio del carburante. Pero, a diferencia de las grandes operadoras, la compañía británica sufre estos días su tercera crisis anual veraniega.
El año pasado evitó una huelga de personal de facturación y manejo del equipaje, pero el último puente de la temporada festiva británica tuvo que suspender unos cien vuelos por falta de personal de tierra y otros problemas técnicos.
Una huelga similar a la declarada esta semana llevó, en el verano de 1993, a la cancelación de todas las salidas de British Airways de una terminal del aeropuerto de Heathrow. Ambas crisis costaron a la empresa unos 100 millones de euros en concepto de indemnizaciones, gastos adicionales de hospedaje y comidas para los pasajeros afectados.
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