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Miles de radicales toman Tel Aviv para protestar por la retirada de Gaza

Los dirigentes de los colonos piden la celebración de un reférendum sobre la evacuación

"Gush Katif, te juro lealtad". Esgrimiendo este lema y blandiendo cintas naranjas, millares de colonos y militantes radicales judíos se manifestaron anoche en el centro de Tel Aviv para protestar por la retirada de Gaza. Ha sido la última gran movilización de la derecha israelí antes de que se ponga en marcha el llamado plan de desconexión impulsado por el primer ministro, Ariel Sharon, que según el calendario se iniciará el próximo lunes. Los convocantes afirman que a la concentración asistieron más de 100.000 personas, aunque la policía estableció que no superaron los 50.000 asistentes.

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La Plaza de Rabin, el lugar más emblemático de la izquierda israelí, escenario del asesinato en 1995 del primer ministro Isaac Rabin, artífice del proceso de paz y de los Acuerdos de Oslo, y lugar de concentración habitual de los pacifistas del país, fue tomada ayer por la tarde por millares de manifestantes radicales y nacionalistas opuestos al plan de retirada de la franja de Gaza. Los manifestantes trataron con esta convocatoria de culminar un periodo de movilizaciones y agitaciones que han venido realizando en todo el país en un intento de hacer descarrilar el repliegue de las tropas, pero sobre todo impedir la devolución de estos territorios a los palestinos.

Los manifestantes, en su mayoría militantes o simpatizantes del movimiento colono, empezaron a llegar a Tel Aviv a media tarde, provocando un colapso circulatorio en el centro de la ciudad, lo que obligó a la policía a cerrar el tráfico en muchas calles y desviarlo durante varias horas.

El caos se vio acrecentado a medida que caía la noche y empezaban a llegar al punto de concentración cerca de 1.000 autobuses, fletados especialmente por la dirección del movimiento colono, y en los que se transportaban militantes radicales provenientes de los 145 asentamientos existentes en los territorios palestinos de Cisjordania. Más de 2.000 policías fueron movilizados como consecuencia de esta concentración

"No pedimos que se cancele la evacuación, solo pedimos que se retrase. Es solo cuestión de tiempo, el necesario para que se celebre un referéndum", aseguró durante la concentración el diputado Shaul Yaalom, dirigente del Partido Nacional Religioso, la plataforma política en la que militan la mayoría de los habitantes de los asentamientos judíos.

Las palabras de los oradores, en su mayoría dirigentes religiosos y colonos, fueron acogidas con aplausos mientras en el aire se agitaban las banderas de color naranja -el color de los opuestos a la retirada- y pancartas en las que se podían leer las consabidas frases de "un judío no expulsa a otro judío", o algunas más ingeniosas o novedosas como "la desconexión es igual a una limpieza étnica".

"Ningún país árabe ha hecho tanto por los árabes como tú estas haciendo, Sharon. Antes de expulsar al pueblo de sus casas deberían celebrarse elecciones o un referéndum", afirmó en tono enérgico desde la tribuna de los oradores Benzi Liberman, uno de los dirigentes colonos mas respetados, mientras la multitud le aplaudía. Estas afirmaciones fueron ratificadas por otro de los jefes de los asentamientos, Yuval Porat, quien pidió que columnas de manifestantes se dirigieran a Gush Katif, uno de los asentamientos, "para parar la expulsión".

El gran ausente de la concentración fue el ex primer ministro y ex responsable de Finanzas Benjamín Netanyahu, a quien tras su dimisión del Gobierno el pasado domingo, el movimiento colono tenía la esperanza de poder convencer para que asistiera a la reunión, se dirigiera a la multitud y quedara entronizado como el gran dirigente de la extrema derecha nacionalista de Israel. Netanyahu, después de largas conversaciones con los dirigentes del movimiento colono y con sus asesores, rechazó la oferta y efectuó una estratégica retirada. Ayer, inesperadamente, decidió viajar a Estados Unidos para "recabar fondos" con los que financiar su carrera electoral contra Ariel Sharon, según aseguró un portavoz de su oficina.

Los dirigentes del movimiento colono aprovecharon ayer la concentración para impartir entre sus militantes y simpatizantes consignas de cómo deben actuar en los próximos días para tratar de bloquear el proceso de retirada de Gaza. Las recomendaciones configuran un plan bautizado Amanecer Naranja y tiene como objetivo crear el caos en la vida cotidiana del país.

Los consejos para lograr este objetivo son variopintos y van desde "pedir vacaciones en el trabajo" para poderse dedicar en cuerpo y alma a la agitación política, a "participar en todas las manifestaciones que se efectúen" o "conducir con excesiva lentitud en las grandes vías".

Los dirigentes colonos piden sobre todo que estas acciones se concentren en el sur del país, haciendo impracticable el tráfico e impidiendo a las fuerzas de seguridad que puedan moverse con facilidad. Pero ante todo se piden oraciones para conseguir un milagro que anule la retirada.

Un aspecto de la manifestación de ayer en Tel Aviv contra la retirada israelí de la franja de Gaza.
Un aspecto de la manifestación de ayer en Tel Aviv contra la retirada israelí de la franja de Gaza.ASSOCIATED PRESS

Despliegue egipcio

Egipto desplegará 750 policías en la frontera con la franja de Gaza, según un acuerdo que los Gobiernos egipcio e israelí deben firmar en los próximos días. Los agentes egipcios tendrán como misión vigilar y controlar una franja de 13 kilómetros de largo y cien metros de ancho, conocida como el Corredor de Filadelfi, por el que las milicias palestinas reciben habitualmente armas de contrabando.

El acuerdo egipcio-israelí, el primero de estas características que firman los dos países desde que en 1979 pusieron fin a sus hostilidades y cinco guerras, hará posible la retirada de las fuerzas israelíes de la zona, de acuerdo con el plan de retirada de la franja de Gaza.

El Gobierno de El Cairo, sin embargo, no desea ejercer el control de esta frontera en solitario y ha invitado a las fuerzas policiales palestinas a reforzar sus guarniciones. Egipto también planea invitar a las fuerzas de Naciones Unidas, especialmente a una división conocida como Fuerza Multinacional de Observadores, para apoyar sus efectivos.

Esta unidad de la ONU está configurada por unos 2.000 hombres pertenecientes a 11 países, aunque la mayor parte de los miembros y de sus mandos son de Estados Unidos.

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