El Ejército mauritano derroca al presidente con la promesa de instaurar la democracia

A la cuarta fue la vencida. La cuarta intentona golpista en Mauritania desde 2003 triunfó ayer. Un denominado Consejo Militar para la Justicia y la Democracia se adueñó del poder aprovechando que el presidente, Maauyia Uld Taya, asistía en Riad al funeral del rey Fahd de Arabia Saudí. Su guardia presidencial protagonizó el golpe, que empezó a las cinco de la madrugada con el despliegue de sus vehículos provistos de armas pesadas en el centro de la capital, Nuakchot, ante la sede del Estado Mayor, de varios ministerios y la toma de la radio y de la televisión, que dejaron de emitir.

A través de la Agencia Mauritana de Información (AMI), el único medio de comunicación que siguió funcionando, los golpistas anunciaron que un Consejo Militar para la Justicia y la Democracia(CMJD) se había hecho cargo del poder. Horas más tarde, el CMJD informó a través de un comunicado que el coronel Ely Uld Mohamed Vall, director de la Seguridad General, presidirá la junta militar.

"Las Fuerzas Armadas y las de seguridad", rezaba el primer comunicado difundido por AMI, "han decidido unánimemente acabar con las prácticas totalitarias del régimen que tanto han hecho sufrir al pueblo estos últimos años". El consejo se compromete a "crear las condiciones favorables para el desarrollo de un juego democrático abierto y transparente en el que la sociedad civil y los actores políticos se pronuncien libremente". Deberán, sin embargo, transcurrir "dos años" hasta este pronunciamiento, durante los que el consejo ejercerá el poder. Ese periodo es "indispensable para la preparación y la puesta en marcha de verdaderas instituciones democráticas".

El derrocado presidente Uld Taya se adueñó del poder también mediante un golpe, hace 21 años, cuando era jefe del Estado Mayor del Ejército. Pese a la convocatoria de elecciones, su régimen ha tenido siempre un marcado carácter autoritario.

En círculos diplomáticos se sospecha que el grueso de los jefes golpistas son íntimos colaboradores del presidente, lo que hace dudar de que sean capaces de imprimir un rumbo político diferente al país. La población de la capital sí parecía, en cambio, creer que había llegado una era nueva. Miles de habitantes de Nuakchot se echaron ayer espontáneamente a la calle para celebrar la caída del régimen de Uld Taya.

"Parece un día de fiesta", comentó, desde su oficina, Vicente Ortega, coordinador adjunto de la cooperación española con Mauritania. "Hay caravanas de coches, muchos bocinazos y mucha gente a pie alegrándose del triunfo del golpe", afirmó por teléfono.

Uld Taya y su comitiva trataron de regresar inmediatamente al país desde la capital saudí, pero los golpistas cerraron el aeropuerto de Nuakchot para impedir que aterrizase el avión presidencial, que, finalmente, tomó tierra en Niamey (Níger), cuyo jefe de Estado alojó a su huésped mauritano en una villa junto a su residencia.

El comité militar no facilitó ningún balance de los combates que, por la mañana, se desarrollaron en la capital. Se escucharon algunas ráfagas de ametralladora y al menos cinco disparos de armas pesadas en el centro de la ciudad. Varios oficiales superiores fueron detenidos.

El golpe fue condenado por la Unión Africana, la Comisión Europea y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al tiempo que era seguido con interés por las cancillerías occidentales. Pese a ser uno de los países más pobres de África, con una renta per cápita de 430 dólares (350 euros) anuales, Mauritania va a adquirir importancia en los próximos años.

Productor de petróleo

Dentro de cuatro meses empezará a bombear petróleo y se convertirá en breve en el quinto o sexto productor africano. Woodside, una empresa australiana, será la primera en explotarlo, pero el ministerio del ramo dio la semana pasada a Repsol YPF derechos de exploración sobre una zona de 60.000 kilómetros cuadrados, seis veces la superficie de Asturias.

El principal vínculo económico entre España y Mauritania es, por ahora, el acuerdo pesquero que el país tiene suscrito con la Unión Europea, que duplica en importancia al que acaba de firmar con Marruecos. Por eso, el Ministerio de Exteriores español fue de los primeros en reaccionar ayer al manifestar su "preocupación" por la situación que atravesaba el país. En un segundo comunicado se sumó a la condena generalizada.

La Embajada de España en Mauritania aconsejó a la colonia, que se eleva a 110 personas, que no saliese de sus casas. Algo mermada por las vacaciones, la comunidad española está compuesta por cooperantes, pescadores y técnicos que trabajan para empresas con contratos en Mauritania.