Simancas denuncia la falta de medios para tratar y prevenir la anorexia y la bulimia en los menores

El secretario general del Partido Socialista de Madrid, Rafael Simancas, visitó ayer el hospital del Niño Jesús para conocer la atención que se presta a los menores enfermos de anorexia y bulimia, dos trastornos para los que, en su opinión, faltan medios materiales y humanos además de políticas preventivas sanitarias y educativas.

Estos trastornos del comportamiento alimentario tienen, según Simancas, una incidencia "crecientemente grave", ya que el 1% de la población padece anorexia nerviosa, porcentaje que alcanza al 5% de la población de entre 12 y 25 años. La bulimia tiene una incidencia mayor, con un índice de crecimiento anual superior al 20%, con diagnósticos cada vez más precoces: "Hemos visto casos de niños de 9 a 12 años con bulimia o anorexia, una enfermedad grave ya que entre un 6% y un 8% de estos enfermos fallece, y un 15% tiene secuelas irreversibles", agregó.

Los últimos boletines epide-miológicos de la Comunidad de Madrid reflejan que el 37% de las adolescentes y jóvenes madrileñas creen que están demasiado gordas (igual que el 18% de los varones), lo que supone, según Simancas, que la población de riesgo es muy importante.

"El tratamiento es muy digno en términos profesionales, pero insuficiente al hablar de recursos", subrayó el líder socialista. Éste recordó que la Asamblea aprobó por unanimidad hace cinco años una proposición no de ley para atajar el problema, sin que se haya cumplido. "Felicitamos a los profesionales, pero denunciamos que los medios son muy escasos: 20 camas para ingresos, y apenas 10 o 12 plazas de hospital de día, con decenas de niños y niñas graves que no pueden ser hospitalizados por falta de camas", según Simancas.

El 15,3% de las chicas escolarizadas en la región padece trastornos en el comportamiento alimentario, mientras que este porcentaje en chicos es del 2,2%, según la Consejería de Sanidad. Las mismas fuentes destacan los amplios recursos sanitarios, como los centros de atención primaria y sus respectivas derivas a los centros de salud mental y a la red pública de hospitales. También existe la posibilidad de que los pacientes sean derivados a los hospitales de día, que tienen un programa específico.