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Nueva York da el aprobado final al diseño de Calatrava para la nueva estación en el WTC

El proyecto del arquitecto Santiago Calatrava para la estación que se alzará en el vacío que dejaron los ataques suicidas del 11-S contra las Torres Gemelas ya tiene el aprobado final de la Autoridad Portuaria de Nueva York, propietaria del World Trade Center (WTC). El diseño pretende expresar cómo esos trágicos eventos cambiaron la vida de la ciudad, de las personas y de toda una nación. La primera piedra de la futura estación está previsto que se coloque el 6 de septiembre, cinco días antes de la conmemoración del cuarto aniversario de los atentados.

El jueves fue un momento histórico para la reconstrucción de la zona cero, como señaló Ken Ringler, presidente ejecutivo de la agencia propietaria del WTC; un lugar en pleno corazón financiero de Manhattan considerado sagrado por los miles de familiares que perdieron a un ser querido el fatídico 11-S. Y para respectar este simbolismo que rodea al lugar sobre el que se alzaban las Torres Gemelas, el arquitecto valenciano optó por diseñar un edificio etéreo y transparente. Se está considerando la posibilidad de colocar en el centro del hall principal la bandera de EE UU recuperada de entre los escombros del WTC.

El edificio está compuesto por dos estructuras móviles de acero en forma de peineta, que se entrelazan cuando la cúpula del vestíbulo principal está cerrada, y que se abrirán en primavera y verano para que pueda correr el aire. La corona, comparada con un armadillo, el esqueleto de un pez o de un dinosaurio, entre otras criaturas, también se abrirá cada 11 de septiembre por respecto a las víctimas. "Es una estructura magnífica, será un icono para generaciones futuras y servirá para identificar la ciudad", según Ringler.

Modificaciones

El proyecto original tuvo que ser modificado para poder incluir las exigencias que impuso la policía de Nueva York en materia de seguridad. Además de duplicar el acero de la estructura y de reducir la superficie de cristal, en el nuevo diseño aparece un muro de un metro de altura que rodeará el vestíbulo principal de la estación -más reducido- y se han cambiado de posición los ascensores y escaleras mecánicas. Pero los retoques no cambiarán ni la esencia ni la visión del diseño desvelado hace año y medio.

El coste total es de 2.220 millones de dólares y está previsto que la terminal -que enlazará el tren de Nueva Jersey con el metro, los transbordadores del río Hudson y la futura línea al aeropuerto JFK- empiece a funcionar en 2009. También esta semana, el arquitecto valenciano presentó el proyecto para la construcción en la orilla del Lago Michigan en Chicago del que será el rascacielos más alto de EE UU y segundo del mundo, con 610 metros de altura. El perfil del Fordham Spire -nombre con el que bautizó el edificio su promotor- representa una broca de taladro que quiera penetrar el cielo, y en su interior albergará un hotel y 250 apartamentos de lujo.

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