Los presidentes de las cajas vascas condicionan la fusión de las tres entidades al apoyo del PP de Euskadi

Para que la fusión de las tres cajas vascas sea una realidad será necesario que todos los partidos políticos estén de acuerdo, lo que incluye el consenso del PP, la única formación vasca disconforme con los planteamientos iniciales, según fuentes cercanas a la operación. Para lograr el objetivo, los tres presidentes de las cajas, Xabier de Irala (BBK), Carlos Etxepare (Kutxa) y Gregorio Rojo (Caja Vital) mantuvieron ayer una reunión de acercamiento con la ejecutiva vasca del PP.

La entrevista se mantuvo en un clima cordial en el que se intentó limar los recelos políticos, según fuentes cercanas a las entidades de ahorro. Desde las cajas se entienden algunos de los inconvenientes planteados y se ha pospuesto para septiembre una segunda reunión en la que se concreten los aspectos más conflictivos y se propongan por escrito las soluciones para seguir avanzando. Una de las medidas propuestas es que todos los acuerdos relevantes se tomen con el consenso de los representantes de los tres territorios históricos, lo que impediría aislar a los cargos procedentes de Álava a través de un hipotético acuerdo conjunto de vizcaínos y guipuzcoanos. El 30% de la futura asamblea general estará formada, a partes iguales, por las tres diputaciones y los ayuntamientos de las capitales vascas. Así también se garantiza el equilibrio territorial.

Las cajas aseguran estar abiertas a las nuevas propuestas del PP y otros partidos, porque creen fundamental el consenso de todas las organizaciones políticas para que la fusión sea un éxito. Son conscientes de que se podría sacar adelante la reforma de la Ley de Cajas Vascas sin el consenso de todos, pero consideran que restaría fuerza a la integración. En principio, está previsto que si el PP se opone frontalmente al proyecto no se firmaría la fusión, sino que se intentaría profundizar en las alianzas de cooperación entre cajas. Pero desde las cajas se cree que esta opción no les permitiría crecer a la velocidad necesaria para competir en el mercado.

Estas fuentes también tienen presente que un bloqueo eterno por parte de los populares sería difícil de explicar a los ciudadanos y que, tras las elecciones municipales de 2007, el mapa político podría cambiar.

La nueva caja tiene previsto contar con un presidente ejecutivo (todo apunta a que sea Xabier de Irala) con dos vicepresidentes ejecutivos, los actuales presidentes de la Kutxa y la Vital.

El proyecto contempla aumentar la plantilla de los casi 6.000 empleados actuales de las tres entidades hasta unos 8.000 en total, basado en la expansión de la futura caja, que intentará contar con el mismo número de oficinas dentro y fuera del País Vasco. Este cálculo pasa por abrir unas 250 oficinas más fuera en Euskadi. Ahora cuentan con 225 lejos de sus provincias y cerca de 490 en el País Vasco.

La propuesta señala que se duplicaría el volumen de negocio actual (alcanzar un balance de 68.000 millones) sin dañar los ratios de solvencia, actualmente entre los más altos del sector.