Los inmigrantes dan un aprobado a la atención médica en Euskadi
Confiesan dificultades para acceder a un piso y lograr un trabajo
El 68,5% de los inmigrantes extracomunitarios residentes en el País Vasco se declaran satisfechos con la atención y el trato que reciben en los servicios sanitarios públicos de esta comunidad autónoma. Esta valoración positiva, sin embargo, es inferior a la percepción que tienen los vascos de la red de salud pública. Según un estudio realizado por la ONG Medicus Mundi, el colectivo inmigrante valora positivamente el trato de igualdad en el ámbito sanitario, pero en cambio se siente discriminado en el mercado de trabajo y a la hora de encontrar una vivienda.
El informe titulado Salud y población inmigrante extracomunitaria en la CAPV se ha efectuado mediante 618 encuestas domiciliarias sobre un universo de 37.060 inmigrantes residentes en el País Vasco, según el censo de 2003 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística. El estudio, además de reflejar las características socio-demográficas más importantes de los extracomunitarios, pone de relieve la percepción que este colectivo tiene tanto de su propia salud como de la atención que recibe en los servicios sanitarios públicos.
La conclusión principal del estudio es que los inmigrantes extracomunitarios valoran positivamente la asistencia médica en Euskadi, tanto por el trato personal que reciben como por la atención profesional, la explicación del tratamiento y la solución dada a su problema de salud. Así se manifiestan dos de cada tres encuestados. Además de esta buena percepción, este colectivo considera que su acceso al sistema de salud ha mejorado notablemente con respecto al de sus países de origen, aseguraron ayer los miembros de Medicus Mundi Cristina Solís y Jesús Iberlucea. El 75% de los consultados reconoce haber acudido en alguna ocasión a los servicios de salud del País Vasco.
La mitad de los inmigrantes que ha participado en la encuesta considera que su salud es buena y un 53% asegura que su estado físico y emocional no interfiere en su vida cotidiana.
Los autores del estudio destacaron que el 23,4% de los inmigrantes se siente muy nervioso frecuentamente y un 46% se declara ocasionalmente con la moral baja.
Los principales problemas de salud que llevan a los extracomunitarios a acudir las consultas médicas son los catarros y gripes (el 35% de los casos), cefaleas, dolores de columna, problemas dentales, nerviosos y oculares.
Precariedad laboral
La principal dificultad con la que se encuentran estas personas en el ámbito sanitario se centran en "la falta de información de los procesos burocráticos" para acceder a la red sanitaria y en "las diferencias culturales e idiomáticas" que les separan de los médicos, apuntó Ibarlucea.
El sondeo de Medicus Mundi también aborda la opinión de los profesionales sanitarios que atienden a los inmigrantes. Los facultativos reconocen sentirse "desconcertados" ante la necesidad de ofrecer el mejor servicio a los extracomunitarios debido a la "ausencia de recursos adecuados, la escasez de tiempo y la saturación de las consultas". Los profesionales de la salud recomiendan mejorar su formación mediante cursos específicos de atención a la población inmigrante.
A diferencia de la valoración positiva que los inmigrantes conceden a la sanidad pública vasca, este colectivo se siente "discriminado" en el ámbito socio-laboral. El 75% manifiesta dificultades para encontrar un piso, principalmente por "el racismo de los arrendatarios", aseguran los representantes de la ONG. El 72,2% asegura que las viviendas "son muy costosas en Euskadi, y el 45% opina que hay que dedicar mucho tiempo para encontrar alojamiento, sobre todo en Vizcaya. La media de ocupación de los hogares es de 4,7 personas inmigrantes por vivienda.
En el ámbito laboral, el estudio pone d relieve que los inmigrantes sufren situaciones de "precariedad laboral". Sólo el 22% tiene trabajo fijo, el 20% está con un contrato eventual, el 30% trabaja sin contrato y el 27% no tiene trabajo.
El colectivo de inmigrantes extracomunitarios considera que se les relega a los puestos de trabajo que la población autóctona rechaza. Los encuestados confiesan que trabajan en espacios donde no son observados por los ciudadanos. Durante el muestreo, un inmigrante subsahariano afirmó: "En los restaurantes no trabajamos como camareros, sino que estamos dentro limpiando, sin aparecer nunca, para que no se nos vea".
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