La reedición de una novela evoca el apoyo a la II República de Isabel Oyarzábal
La escritora malagueña publicó 'En mi hambre mando yo' en 1959
Isabel Oyarzábal Smith (Málaga, 1878-México, 1974) fue diplomática, periodista, actriz, etnóloga y novelista. Oyarzábal pertenece a ese ramillete de escritoras y activistas que intentaron mejorar la situación de la mujer durante la II República. El triunfo de los sublevados en la Guerra Civil la llevó al exilio. La editorial sevillana Mono Azul acaba de reeditar En mi hambre mando yo, la única novela que publicó.
Hija de Juan Oyarzábal y Bucelli y Ana Smith y Guithrie, Isabel Oyarzábal recibió una educación liberal. Tras el fallecimiento de su padre, conoció a Ceferino Palencia, hijo de la actriz María Tubau. Oyarzábal relató a Tubau sus deseos de convertirse en actriz y marchó a Madrid, donde debutó en la obra Pepita Tudó. Oyarzábal fue, a la vez, corresponsal de la revista inglesa Laffan News Bureau y colaboradora del periódico The Standard. En 1909, contrajo matrimonio con Ceferino Palencia. El matrimonio tuvo un hijo y una hija. Por entonces, Oyarzábal escribía en las revistas españolas Blanco y Negro, El Heraldo, Nuevo Mundo y La Esfera.
En 1918, inició su militancia feminista en la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), de la que llegó a ser presidenta. En 1920, asistió como delegada al Congreso de la Alianza Internacional para el Sufragio de la Mujer, que se celebró en Ginebra. Oyarzábal participó en esta reunión como secretaria del Consejo Supremo Feminista de España. Tenía asimismo una sección en el diario El Sol, Crónicas Femeninas, que firmaba con el psudónimo de Beatriz Galindo.
Oyarzábal dictó conferencias sobre folclor y moda en Montreal, Miami, Nueva York y San Francisco. Estas conferencias fueron recogidas en el libro El traje regional de España en 1926. También formó parte de la Comisión Permanente de la Esclavitud en las Naciones Unidas. En 1930, entró en la cárcel y fotografió al Comité Revolucionario Republicano cuando la monarquía de Alfonso XIII se desmoronaba.
Su candidatura figuraba en 1931 en las listas del Partido Socialista Obrero Español. Ese mismo año, fue consejera gubernamental de la XV Conferencia Internacional del Trabajo de Ginebra. En 1933, representó al Gobierno de la II República en la Sociedad de Naciones.
Tras el estallido de la Guerra Civil, Oyarzábal fue nombrada en octubre de 1936 ministra plenipotenciaria de segunda clase. Se le destinó a Estocolmo. En la capital sueca desarrolló su esfuerzo en favor de la causa republicana. El triunfo de los rebeldes la llevó a abandonar la embajada en abril de 1939. Oyarzábal se exilió en México, donde publicó en 1959 su novela En mi hambre mando yo.
La novela se inicia con una cita que resume su propósito. "En mi hambre mando yo'; así contestó un labriego andaluz al que instaban, en unas elecciones, a que votase a favor del candidato reaccionario. 'Tú tienes hambre', le repetían, 'y nosotros podemos darte lo que necesitas'. Era cierto, él tenía hambre; pero era dueño de ella, mandaba en ella y no estaba dispuesto a venderla. Tenía razón; no debemos, no podemos negociar con nuestras hambres. He aquí la justificación de las páginas que siguen por mí trazadas, las que deseo dedicar a quienes por su hambre han sufrido", escribió Oyarzábal.
Guerra Civil
La Guerra Civil permea la novela. Oyarzábal muestra en la obra su encendido apoyo a la causa republicana. Diana, la protagonista, es una joven obligada a un matrimonio concertado. En su Málaga natal y en el Madrid sitiado por los insurgentes Diana descubre el ansia de justicia de muchos españoles. En mi hambre mando yo ofrece una visión más a añadir al amplio repertorio narrativo centrado en la contienda española. Las penurias del pueblo madrileño, la intervención alemana e italiana en favor de los rebeldes, la neutralidad de países como Francia o Gran Bretaña, las relaciones apasionadas que propician los momentos extremos... Todo ello queda reflejado en la novela.
El escritor y periodista Jorge M. Reverte es autor de la presentación de la novela. "Isabel Oyarzábal Smith fue una mujer extraordinaria, con una biografìa repleta de acciones fundamentales en un largo camino aún no andado del todo, el de la liberación de las mujeres españolas, el de su equiparación a los hombres en el rango de la ciudadanía; esto es, en la consecución de los derechos y deberes que hacen libres a las personas. Libres y, por tanto, responsables de sus actos y su destino", escribe Reverte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.