_
_
_
_
TERROR EN LONDRES | La situación en Leeds

La policía y la comunidad islámica temen que los neonazis provoquen disturbios

La población musulmana cree que habrá ataques racistas si se retiran las fuerzas de seguridad

Guillermo Altares

Con una larga barba pelirroja, Mohamed Yusef Asahi, antes conocido como Alan Thomas Keeton, un británico convertido al islam en 1988 y vecino de Mohamed Sidique Khan, el presunto jefe del comando suicida de Londres, en Leeds afirma: "Mucha gente cree que puede haber ataques contra los musulmanes, no ahora, sino dentro de unas semanas, cuando se vayan los policías". Tanto las fuerzas de seguridad como los musulmanes británicos temen que los neonazis traten de aprovechar los atentados de Londres para provocar disturbios.

Más información
Pakistán promete impedir la propagación del integrismo en las escuelas coránicas
Los 'ultras' sacan partido del miedo

Dewsbury, una localidad de 8.000 habitantes situada a unos 15 kilómetros al sur de Leeds, tiene una presencia de la ultraderecha muy por encima de la media nacional. En Dewsbury y en Beeston, el suburbio del sur de Leeds de donde procedían tres de los cuatro suicidas, entre ellos Khan, que ejercía allí como trabajador social, la tensión se ha disparado desde que comenzaron a circular informaciones sobre intentos de infiltración de radicales cercanos al ultraderechista Partido Nacional Británico (BNP) para provocar incidentes.

El viernes, a la salida del rezo de las mezquitas, la policía de West Yorkshire repartía un papel con números de teléfono para denunciar incidentes racistas en el que podía leerse: "Entendemos que puede haber preocupación después de los recientes acontecimientos en Londres y en Leeds. Queremos dejar claro a la comunidad que no será tolerado ningún tipo de acoso por motivos racistas".

En las calles de Beeston, un barrio multicultural en el que viven unas 16.000 personas, la presencia policial era ayer muy visible y no sólo en torno a las viviendas que están siendo registradas desde el pasado martes. "Por ahora no ha pasado nada; pero no sabemos si es por la presencia de las fuerzas de seguridad. Pero hay gente de fuera del barrio que puede venir en el futuro a causar problemas", señala Rob Hardy, de 37 años, que participó el sábado en una manifestación en repulsa de los atentados y contra el racismo en Beeston. Esta zona, sin embargo, se libró de los disturbios raciales que explotaron en varias localidades del norte y centro de Inglaterra en 2001, entre ellas, otro distrito de Leeds.

"Es cierto que gente cercana al BNP ha venido por aquí para provocar problemas; pero no lo han conseguido", agregó Hardy, en referencia a un incidente, recogido por el diario británico The Independent y sobre el que la policía de West Yorkshire no quiso pronunciarse ayer. Según el relato del diario, unos noventa miembros de un grupo ultraderechista se reunieron en un pub situado a unos 500 metros del domicilio de uno de los suicidas el jueves por la noche. El local fue rodeado por la policía, que obligó a los ultras a abandonar la zona antes de que pudiesen entrar en Beeston. Ocho personas fueron detenidas.

Miedo a las venganzas

"No vamos a tolerar a ningún provocador. Soy consciente de que hay gente que tiene miedo a que se produzcan venganzas. Pero los racistas no necesitan ningún pretexto para ser racistas ni los fanáticos para ser fanáticos", aseguró el responsable policial en esta zona de Leeds, Geoff Dodd, al diario local Yorkshire Evening Post. En Beeston todo el mundo conoce esta historia, mientras que en Dewsbury, donde el BNP logró un 13% de los votos en las últimas elecciones legislativas (su media nacional rondó el 0,7%), miembros de la comunidad musulmana (el 7% de la población) hablan de insultos, pintadas e incluso de intentos de agresión.

"Hay muchos musulmanes que tienen miedo. Ya ha habido problemas con un taxista al que tuvieron que ayudar varios compañeros porque pretendían agredirle. Pero si nos atacan vamos a responder, no vamos a quedarnos de brazos cruzados", relata en Dewsbury una vecina de Khan, de origen paquistaní, de 32 años, que prefiere no ser citada por su nombre.

"El BNP va a tratar de aprovechar los ataques para crear problemas. Llevan mucho tiempo intentándolo; pero no lo han conseguido, porque vivimos en una comunidad multicultural que luchará por seguir siéndolo. No creo que lleguen a producirse incidentes", señala otro vecino de la zona, Tanveer Akhtar, un trabajador social de 32 años que viste a la manera tradicional islámica.

Portavoces de la policía de West Yorkshire y de Scottland Yard aseguraron ayer que no se había producido un aumento importante de ataques racistas desde el 7 de julio con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la prensa británica ha recogido unos 300 incidentes xenófobos y asegura que se investiga un asesinato por motivos racistas en Nothingham. Al menos cuatro mezquitas han sido atacadas.

Policías británicos vigilan una casa en Leeds vinculada con los autores de los atentados del 7-J.
Policías británicos vigilan una casa en Leeds vinculada con los autores de los atentados del 7-J.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_