Lula se toma un respiro en París, invitado por Chirac

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó ayer a París como invitado especial a la celebración de la fiesta nacional francesa, que se celebra hoy. Lula dejó atrás la difícil situación que afronta en Brasil por los escándalos de corrupción de su partido, y exhibió su condición de líder de referencia de la izquierda latinoamericana y de un mundo emergente y multipolar por el que Francia apuesta frente al unilateralismo norteamericano.

Al jefe del Estado brasileño le acompaña el nuevo presidente del Partido de los Trabajadores (PT), el ministro de Educación, Tarso Genro; los ministros de la Presidencia, Dilma Rousseff, y de la Secretaría, Luiz Dulci, así como los titulares de Exteriores, Celso Amorim; Cultura, Gilberto Gil, e Industria y Comercio, Luiz Fernando Furlan.

En declaraciones a Le Monde, Genro reconocía ayer que Brasil atraviesa "una crisis política con dimensiones éticas, que podría transformarse en una crisis institucional". "El mesianismo nos ha llevado a creer que éramos diferentes", admitía el ministro de Educación, para quien "considerar que el PT tenía el monopolio de la virtud o el paradigma de la honestidad ha tenido como resultado el relajamiento de los controles internos".

En París, sin duda, Lula podrá relajarse, más aún cuando compare el alto índice de popularidad que aún mantiene en su país con el que arrastra su anfitrión, el presidente francés, Jacques Chirac. Mientras que el último sondeo atribuía al mandatario brasileño una cota de popularidad de casi el 60%, su homólogo francés navega ahora en los niveles más bajos jamás alcanzados por un jefe de Estado de la V República, algo más de un 30%. Lula desfilará hoy por los Campos Elíseos, junto a Chirac, encabezando el tradicional desfile militar del 14 de julio, en el que participarán 200 oficiales de las Fuerzas Armadas brasileñas.

Su discurso en la Sorbona respondió a las expectativas. Con el auditorio lleno a rebosar, estableció los parámetros de su liderazgo: Brasil es un "actor global", los problemas del planeta sólo se pueden afrontar desde el multilateralismo, y la prioridad de su Gobierno es la lucha contra el hambre y la pobreza. Ayer, Lula se reunió también con miembros de la patronal francesa Medef, y el viernes mantendrá una sesión de trabajo con Chirac.