Médicos y enfermeros del hospital de Sant Pau reclaman la dimisión del gerente

Las aguas andan revueltas en el hospital Sant Pau de Barcelona. A los graves problemas económicos que arrastra este centro sanitario concertado, al borde de la quiebra, se suma ahora el rechazo de prácticamente la totalidad de los profesionales sanitarios (400 médicos y más de 500 enfermeros) a la gestión del gerente, Jordi Colomer, a quien acusan de ningunearles y de primar criterios economicistas por encima de la calidad asistencial.

"En la dilatada historia del Sant Pau no ha existido nunca tanta unanimidad entre los profesionales como ahora", aseguró ayer un portavoz del Cuerpo Facultativo del Sant Pau, que representa a los cerca de 400 médicos del centro hospitalario. Conjuntamente con el sindicato Asociación Profesional de Enfermería (API), que agrupa a más de 700 enfermeras de las 850 que trabajan en el Sant Pau, los médicos han pedido la intervención "urgente" del Departamento de Salud, del Colegio de Médicos y de la Muy Ilustre Administración (MIA) -la fundación que gestiona el patrimonio del complejo hospitalario, representada por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Arzobispado de Barcelona- para "detener la perjudicial dinámica en la que está inmerso el hospital desde la incorporación del actual gerente y su numeroso equipo".

Jordi Colomer, de quien la presidenta del comité de empresa, Àngels Sabaté, pide la dimisión, fue cesado en febrero de 2004 como gerente del hospital Vall d'Hebron de Barcelona por el Gobierno tripartito, que le colocó al frente del Sant Pau en un momento crucial para este centro hospitalario. El traslado de la actividad, que durante decenas de añoñs se ha realizado en 16 pabellones modernistas, al nuevo edificio, aún en construcción, requería una planificación que Jordi Colomer ha abordado "sin la participación de los profesionales sanitarios que llevan años trabajando en el centro y con la única colaboración de la veintena de personas que el gerente ha ido incorporando a su equipo de dirección en el último año", aseguran representantes de los médicos y el sindicato API.

En un documento que los profesionales sanitarios harán público mañana, éstos aseguran que el nuevo edificio, al que ya se ha trasladado parte de la actividad aunque no estará acabado hasta 2007, "sufre una gravísima falta de funcionalidad", ya que para su diseño, agregan, no se ha consultado a quienes ejercen la actividad sanitaria.

La gota que ha colmado el vaso ha sido el modelo organizativo que impulsa el equipo de Colomer y que, según los profesionales, "diluye el papel que desempeñan los jefes de Servicio y pone en manos de un ecomomista las decisiones sobre la docencia y la investigación que se lleva a cabo en el centro, prescindiendo de los propios investigadores y del comité directivo de investigación reglamentariamente constituido". Los facultativos también rechazan la desaparación de la figura del director médico.

En el ámbito de la enfermería, Sabaté denuncia "los sistemáticos incumplimientos" del convenio laboral de este colectivo, que ha obligado a la formación sindical a interponer en sólo un año más de 1.300 demandas contra la dirección del centro. Sabaté lamenta también la "reducción de la actividad" que está sufriendo el Sant Pau, con la eliminación de 68 camas.

Jordi Colomer señaló ayer que los profesionales están generando un "alarmismo injustificado". El gerente admitió que su equipo ha emprendido "un proceso de cambios que deben asimilarse en poco tiempo, y esto provoca a veces incomprensiones". Colomer negó que esté dirigiendo el Sant Pau a espaldas de los profesionales y agregó que éstos "han mal interpretado" sus planes sobre el nuevo modelo organizativo, que, aseguró, "no tiene otro fin que mejorar la atención al paciente".