"Hay que ser más duro con el extremismo religioso"

Pregunta. Tras los atentados de Londres, el presidente Putin ha considerado insuficiente la colaboración internacional contra el terrorismo, ¿qué habría que hacer para mejorarla?

Respuesta. En Rusia notamos una política de doble rasero, un afán por dividir a los terroristas en auténticos terroristas, por una parte, y luchadores por la libertad, por la otra. Los atentados obligarán a los líderes responsables a actuar unidos, como en la lucha contra el fascismo. No podemos restringir las libertades cívicas, pero debemos ser más duros contra el extremismo religioso, que a menudo va seguido de terror. Hay que prestar más atención ante las peticiones de otros Estados para la extradición de terroristas, y no se puede ser indiferente a las exhortaciones a la violencia que se realizan en un país en relación con otro. Y ser más duro con el narcotráfico.

"El intento de democratizar según los valores occidentales es una santa ingenuidad o una provocación"

"Notamos un afán por hacer una división entre auténticos terroristas y luchadores por la libertad"

"Lo que sucede en Chechenia es un resultado directo de la desintegración de la URSS, que fue un martillazo"

"Es mentira que en Uzbekistán se tiroteara una manifestación pacífica; fue un motín armado y planeado"

P. Rusia participa en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), en la que también están China y Uzbekistán, y la Organización del Tratado de Defensa Colectiva (OTDC), formada por Kazajistán, Armenia, Tayikistán, Kirguizistán y Bielorrusia. ¿Pueden transformarse estas estructuras en algo semejante a la OTAN?

R. La OCS tiene carácter político y económico y no fines militares, aunque realiza alguna tarea de coordinación en terrorismo y narcotráfico. El OTDC es una organización político-militar y en ese sentido está más cerca de la OTAN, pero se dedica de forma más intensa a las verdaderas amenazas: a la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la no proliferación.

P. La OCS ha pedido a EE UU que ponga plazo a la presencia de las bases que estableció en Asia Central para apoyar a la coalición antiterrorista en Afganistán. ¿Cómo evalúa el peligro que emana hoy de ese país?

R. En Kabul, los talibanes se esconden en la clandestinidad, pero en la frontera con Pakistán o en el sur de Afganistán hacen lo que quieren y siguen funcionando las bases de adiestramiento de terroristas. La frontera de Afganistán con Pakistán no se vigila y es un lugar de paso también hacia Tayikistán e Irán. Y la cosecha de opio se ha multiplicado por cuatro.

P. ¿Significa la invitación a retirar las bases de la coalición en Uzbekistán que éstas no responden a las necesidades de la región?

R. Si comprendo bien, desde la lógica de las autoridades uzbekas resulta cínico que EE UU solicitara una base para hacer una operación en Afganistán y al mismo tiempo considere que el Gobierno de Islam Karímov disparó [en mayo pasado] contra una manifestación desarmada en Andizhán. No fue una manifestación pacífica. Fue un motín armado y planeado, con participación de extranjeros. Gentes interesadas en desestabilizar y posiblemente en crear el califato e imponer la ley islámica utilizaron los problemas sociales existentes. Los organizadores le quitaron las armas a la policía, atacaron un cuartel y se apoderaron de gran cantidad de armamento, luego atacaron la cárcel, asesinaron a gente, y sólo después salieron a la plaza. Y ahí dicen que fue tiroteada una manifestación pacífica. Esto es mentira. La OTAN y Rusia coincidimos en que la inestabilidad es peligrosa, pero evaluamos la situación de forma opuesta.

P. ¿Puede la democratización ayudar a estabilizar la zona?

R. La palabra democratización es una consigna tras la cual o no hay nada o hay consecuencias peligrosas. El intento de democratizar según los valores occidentales es una santa ingenuidad o una provocación consciente. La democracia no es una patata que pueda trasplantarse de un sitio a otro. Hay que crear condiciones previas o no se dará, por mucho que se siembre.

P. ¿Cree usted que una forma de luchar contra el terrorismo es ayudando a suavizar, por así decirlo, de algunos regímenes asiáticos?

R. En diferentes países hay diferentes tradiciones, mentalidades y leyes. Si un ciudadano critica a las autoridades, eso es libertad de expresión, pero si al hacerlo dice que hay que exterminarlas, eso es otra cosa, y hemos de delimitar ambas claramente.

P. Rusia emplazará tropas en las montañas próximas a Georgia, aunque sus dirigentes aseguran que no hay infiltraciones de guerrilleros a Chechenia. ¿Para qué?

R. Georgia es un Estado débil y corrompido. En las montañas de Chechenia ha habido decenas de mercenarios extranjeros exterminados al intentar pasar o tras haber cruzado la frontera desde Georgia. ¿No es una amenaza?

P. ¿Cómo evalúa la colaboración entre Rusia y la OTAN?

R. Los progresos que hemos hecho eran inimaginables hace cinco años, pero no considero realista la unión del potencial militar. En los noventa colaboramos en Kosovo. Ahora no veo dónde podríamos colaborar. En Irak está excluido. En Afganistán, tampoco, por razones históricas, aunque ayudemos militarmente a aquel país. Estamos a favor de la presencia de la OTAN en Afganistán, pero no entendemos por qué los cazabombarderos de la organización patrullan el espacio aéreo del Báltico.

P. Las encuestas le sitúan entre los que tienen más oportunidades de competir por la presidencia en 2008. ¿Lo contempla?

R. Ese tema no me interesa. Tengo relaciones bastante cercanas y de confianza con el presidente, que me ha dado unos plazos y me ha encargado la difícil tarea de modernizar las fuerzas armadas. Si ahora pensara en otras cosas, no haría lo principal.

P. Uno de sus ex colegas en el Comité de Seguridad del Estado, Víctor Cherkésov, que hoy dirige lucha contra el narcotráfico, dijo que los chekistas [veteranos de los servicios de seguridad] deben asumir plenamente el liderazgo en Rusia. ¿Se siente miembro de un grupo con especial responsabilidad?

R. Sí, así me siento. Rusia ha atravesado una situación muy difícil. La misma Chechenia es un resultado directo de la desintegración de la URSS, que fue como un martillazo en la cabeza. Nadie quiere restablecer la URSS, pero hasta ahora lidiamos con las consecuencias. Hay que desarrollar la economía, comprendiendo que habrá inversiones y estabilidad cuando se garantice su seguridad y que ambas cosas están vinculadas.

P. ¿Tiene sensación de pertenecer a un grupo unido o hay diversas tendencias en él?

R. Creo que compartimos el análisis de la situación. En los servicios de seguridad, uno se acostumbra a hacer evaluaciones realistas, y no a ver lo que quiere ver. Hay menos autoengaño, y puede que uno tenga también un exacerbado sentido del peligro.