Los hospitales, en alerta máxima

Además de los muertos, más de 700 personas resultaron ayer heridas. Todos fueron trasladados, algunos en autobuses públicos rojos de dos plantas, a los hospitales de la capital británica. Los servicios de emergencia estaban ayer en alerta máxima.

En el hospital de Whitechapel, en el este de Londres, una de las zonas más afectadas, podían verse largas colas de personas con el rostro negro por el humo, con cortes y magulladuras, esperando a ser atendidas. Son los heridos leves; los graves ingresaron directamente en las unidades de cuidados intensivos.

Chris Randall no recuerda cómo ha llegado al Saint Mary's Hospital, aunque sí los primeros momentos de la explosión en Edgware Road. "Me caí al suelo. No recuerdo ningún tipo de ruido, nada. Sólo que había una luz muy violenta, era como si mi cara se estuviera quemando", cuenta. Randall tiene el rostro color sangre, cubierto de quemaduras.

"Las heridas más comunes son fracturas, quemaduras e inhalación de humo", explicó el doctor Jim Ryan, del University College Hospital. "Típico de un atentado terrorista", opinó.

El director ejecutivo del hospital de Whitechapel, Paul White, comentó que habían atendido a más de 100 heridos, 10 de los cuales se encuentran en estado crítico y siete en condiciones graves. También reveló que se habían registrado varias muertes, aunque no precisó la cifra exacta.

Más de 100 ambulancias y 250 personas de los servicios médicos, además de 200 bomberos, participaron en las labores de rescate, que continúan en la estación de King's Cross, donde murieron al menos 21 personas y los supervivientes tuvieron que salir andando por los túneles.