_
_
_
_
EL SECRETO PROFESIONAL

Un juez de EE UU ordena encarcelar a una periodista por no revelar su fuente

Otro reportero evita prisión al anunciar que prestará declaración en el 'caso Plame'

Un juez federal mandó ayer a la cárcel a la periodista Judith Miller, de The New York Times, por negarse a declarar ante un gran jurado en el caso de una filtración de fuentes gubernamentales que descubrieron a una espía de la CIA. El periodista Matthew Cooper, de la revista Time, le dijo al juez que accedía a declarar porque su fuente le había eximido personalmente del compromiso de confidencialidad. Miller, aparentemente, no recibió una garantía de su fuente, pero en todo caso dijo preferir la prisión a romper el principio de confianza. "Si no se puede confiar en que los periodistas mantengan lo que se les dice en confianza, entonces los periodistas no pueden trabajar y no puede haber prensa libre", dijo la reportera.

Más información
Encarcelados en EE UU por no revelar sus fuentes
De agentes secretos y asesores presidenciales
España sigue a la espera de regular el secreto profesional
La sombra de la Primera Enmienda

Lo explicó Arthur Sulzberger, presidente y editor de The New York Times: "Hay veces en las que el bien superior de la democracia exige un acto de conciencia. Judy ha elegido eso al cumplir su compromiso de confidencialidad con la fuente. Ella cree, como nosotros, que el libre flujo de información es vital para que puede haber una ciudadanía informada". Bill Keller, director del diario, remachó a la salida del juzgado que la decisión de la reportera fue "valiente y basada en los principios". Miller, añadió Keller, "se comprometió con su fuente y quiere cumplir su compromiso".

Cooper, en cambio, accedió a declarar y le dijo al juez Thomas Hogan: "Estoy listo para testificar. Cumpliré con la orden del tribunal". Su caso es distinto al de Miller, aunque se hayan visto envueltos en similar tela de araña. La revista Time, para la que trabaja Cooper, decidió la semana pasada entregar al gran jurado que investiga el caso de la revelación de la identidad de Valerie Plame, agente de la CIA, los papeles y notas de sus averiguaciones. Lo que Cooper explicó ayer es la razón que le llevó a modificar su decisión en las últimas horas: "Anoche abracé a mi hijo y le dije que quizá pasaría un tiempo antes de volver a verle. Me fui a la cama preparado para aceptar la sanción por no declarar".

El día anterior, el periodista había oído decir al fiscal Patrick Fitzgerald que las fuentes de ambos les eximían del compromiso. Cooper declaró que al escuchar eso no se fió, pues pensó que era una decisión adoptada bajo presión del Gobierno y una declaración de tipo general. Pero después recibió "permiso personal y explícito" de su fuente, un mensaje directo en el que se le liberaba del compromiso del secreto. "Por dos años mantuve mi palabra de no descubrir a mi fuente; esta mañana, esa fuente me dio permiso para hablar con el gran jurado". Por tanto, le dijo al juez que declararía. Hogan le contestó: "Está usted dispensado de la acusación de desacato".

El juez, tras escuchar la posición contraria de Miller, decidió que ésta fuera a la cárcel. En principio, la reportera deberá pasar cuatro meses en prisión, y su empresa tendrá que pagar una multa, aunque Hogan dijo: "Es aún realista pensar en la posibilidad de que la privación de libertad le lleve a declarar".

"No podemos consentir que haya 50.000 periodistas que decidan por su cuenta sobre si revelan o no sus fuentes. No podemos tolerarlo", dijo el fiscal especial de la investigación, al escuchar la negativa de la periodista. Robert Bennett, abogado de Miller, dijo que en otros casos los fiscales han mostrado más respeto por la profesión de los periodistas y "han tenido el buen sentido de no perseguir con frecuencia estos casos".

Horas antes de la decisión, el fiscal había dicho al juez que "los periodistas no tienen derecho a prometer completa confidencialidad a nadie; ni ellos ni nadie en EE UU tiene ese derecho". El fiscal señaló, además, que varios periodistas más, relacionados con el caso, sí habían accedido a declarar, y que el propio director de la revista Time dijo al justificar la entrega de documentos: " no estamos por encima de la ley".

A la salida del juzgado, Cooper, casi con lágrimas en los ojos, dijo que era "un día muy triste para los periodistas y para nuestro país" y añadió: "Mi corazón está con Judith. Le he dicho, cuando se iba, que sea fuerte". "Lo ocurrido poner de manifiesto la necesidad de alguna ley nacional que nos proteja", añadió, refiriéndose a la ausencia de una norma federal (como las que existen en la mayoría de los Estados del país) que garantiza al periodista la protección de sus fuentes de información.

Judith Miller, de <i>The New York Times,</i> llega ayer al Tribunal Federal de Washington.
Judith Miller, de The New York Times, llega ayer al Tribunal Federal de Washington.AP
Matthew Cooper, de <i>Time,</i>  se dirige con su mujer al tribunal de distrito.
Matthew Cooper, de Time, se dirige con su mujer al tribunal de distrito.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_