Homenaje a Suárez
Leo en EL PAÍS "Elogio de Adolfo Suárez" que firma Gregorio Peces-Barba. Cuantos tuvimos el gran privilegio de conocer la vitalidad y la fuerza de Adolfo Suárez puesta al servicio de la libertad y la democracia para hacer posible la concordia entre los españoles, echamos de menos un gran homenaje nacional a lo que representa su figura irrepetible.
Un campeón de la tolerancia no puede pasar a la historia como un presidente más, pero no sólo porque en su activo figure la obra titánica de la transición, de la que fue uno de sus principales motores y protagonista de excepción. Sobre todo porque su capacidad de diálogo y su entrega para inmolarse al interés general suponen una lección llena de épica y valores morales para las nuevas generaciones.
La España cainita pudo superarse a pesar de otros tantos intentos por recuperarla gracias a una idea central: la construcción de una sociedad en la que se pueda vivir tiene que ser una tarea de todos, sin marginaciones, sin aquello tan históricamente español de los amigos y los enemigos, los nuestros y los contrarios.
Llega ahora el momento del gran homenaje en el que todos debemos estar. Adolfo no habría aceptado una medalla, una distinción o una estatua de recuerdo, tan sólo la expresión de un deseo: que se venga desde cualquier origen o se vaya tras cualquier objetivo, se hable con capacidad de entendimiento y voluntad de acuerdo. Una gran labor común, como la liderada por Suárez, es el mejor bagaje y el modelo para trabajar todos juntos, si al mirarnos al espejo queremos soportarnos.