Los expertos ven próxima una vacuna contra el cáncer de útero
La terapia preventiva protegerá del virus que lo provoca en 2007
La consecución de una vacuna contra el virus del papiloma humano -causante del cáncer del cuello del útero- puede ser un hecho "en un plazo máximo de dos años", en opinión de los especialistas participantes en una jornada médica celebrada ayer en el Hospital de Basurto. Este tipo de tumor, el que causa más muertes entre las mujeres europeas tras el de mama, sería el primero con un tratamiento preventivo.
"Si no hay virus, no hay cáncer". Ramón Cisterna, médico en el Servicio de Microbiología clínica del hospital de Basurto, explicó ayer que vacunar a las mujeres contra el virus del papiloma humano impediría que contraigan el cáncer del cuello del útero, responsable de 15.000 muertes cada año en Europa y 230.000 en el mundo.
Reunidos en una jornada médica sobre "las vacunas del futuro", especialistas españoles en infecciones expusieron en el hospital bilbaíno las nuevas posibilidades que en este campo estarán a disposición de la sanidad en el corto plazo y permitirán luchar contra enfermedades como el cáncer uterino, la gastroenteritis o la varicela.
Ramón Cisternas ha investigado en Basurto sobre el virus que causa el cáncer de útero y considera que con la nueva vacuna "estamos abriendo una nueva vía". El modelo, que consiste en inmunizar contra un virus para evitar que éste facilite contraer otra enfermedad, podría ser aplicado a otras infecciones. Los científicos buscan los vínculos que podría tener el cáncer del hígado con la hepatitis B, o los cánceres nasofaríngeos con el virus de Epstein-Barr, el que provoca la mononucleosis.
El lanzamiento de la vacuna, denominada Garnasil, está previsto para "antes de dos años" y concluirá con 15 años de investigación. Sólo falta comprobar que no tiene efectos secundarios nocivos para que las autoridades sanitarias puedan autorizar el fármaco.
Enrique Bernaola, pediatra del Hospital Virgen del Camino de Pamplona, explicó que la vacuna debería administrarse a las adolescentes de entre 10 y 13 años. Tendría que aplicarse "antes de que comiencen a mantener relaciones sexuales", ya que el virus puede transmitirse por esta vía.
Problemas de acceso
Los países en vía de desarrollo son los que más necesitan el tratamiento preventivo, ya que la detección de las infecciones es allí mucho menos eficiente. Los científicos dicen confiar en los líderes del G8, actualmente reunidos en Escocia, para reducir los problemas de acceso a las medicinas de los países más pobres. Los Estados desarrollados, que cuentan con los medios necesarios para detectar a tiempo esos cánceres, también tienen un interés evidente en la llegada de la vacuna, que podría evitar 1.500 casos cada año en España.
Los cánceres de origen viral son, sin embargo, una minoría y los más sencillos de analizar. Este primer caso de vacunación contra un tipo de cáncer suscita grandes expectativas, pero nunca podrá ser una solución global a la enfermedad.
Otro importante avance para los próximos años será la implantación de la vacuna contra la gastroenteritis por rotavirus, que comenzará a administrarse en 2006. Este virus es la causa más frecuente de diarreas con deshidratación grave y produce en el mundo casi medio millón de muertes cada año en niños menores de cinco años.
Los médicos también destacaron las innovaciones que permitirán prevenir mejor enfermedades que ya cuentan con una vacuna. El doctor Gómez Campedrá, pediatra del hospital Gregorio Marañón de Madrid, presentó los avances alcanzados en la vacuna contra la varicela, que podrá ser inoculada a partir de los 12 meses -y no de los 10 años como ahora-. Así se reducirá, dijo, "la enfermedad que más muertes causa, siendo prevenible".
Ausente de las ponencias, el sida no suscitó mucho optimismo por parte de los científicos. Interrogados al respecto, explicaron su silencio sobre la epidemia por el hecho de que la consecución de la vacuna contra el sida está mucho más alejada.
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