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Blázquez tacha de inconstitucional la legalización de los matrimonios gays

El presidente de los obispos reclama que la Iglesia no vaya "a rebufo del Gobierno"

Si la Iglesia católica pudiera promover recursos de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, los obispos presentarían uno contra la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, en vigor desde ayer. "Mi convicción es que esa ley no es constitucional, pero la Iglesia no puede promover recurso alguno", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez. "La verdad nunca es un ladrillo que se lanza contra nadie; hay que proponer el Evangelio y su verdad amablemente", añadió el prelado antes de proclamar otro deseo poco común entre los prelados católicos: que la Iglesia no vaya en esos temas "a rebufo del Gobierno".

"Hay años en que, aunque llueve poco, las aguas bajan muy revueltas", se lamentó ayer el obispo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española desde marzo pasado, en su discurso de inauguración del curso La Iglesia católica hoy, organizado por la Universidad Rey Juan Carlos en Aranjuez. En un aula con capacidad para menos de cien personas y con voz queda, Blázquez inició su conferencia -titulada La Iglesia en España en el 2005- con tres reconocimientos poco comunes entre los prelados católicos: que "la esperanza en la Iglesia está ahora sometida a prueba" pese a lo cual no hay que "tener miedo"; que "en medio de las dificultades los obispos deben preparar un nuevo y ambicioso plan pastoral [a aprobar a finales de este año, precisó] con serenidad y ambición, yendo al fondo y sin convertir una situación concreta en la medida de todos los tiempos", y que la Iglesia no debe vivir "al dictado de nadie". "No queremos actuar a rebufo de las cuestiones que otros introducen, como hacen los ciclistas a veces, ni tampoco como reacción a las iniciativas del Gobierno. La Iglesia tiene un programa que se centra en Jesucristo, fuente de gozo, de salud moral y de luz", precisó.

Los reversos del no

También le preocupa a Blázquez el que los ciudadanos tengan la impresión de que la Iglesia católica sólo dice noes. Dijo: "Cuando tengamos que decir no, que sea percibido como el reverso de un sí inmenso. Parece como que de la Iglesia sólo se oyen los no. Pero tenemos buenas noticias, las del Evangelio. El no al aborto es el sí a la vida; el no a la violencia es el sí a la paz; el no a las rupturas matrimoniales es el sí a la fidelidad", explicó antes de entrar en el tema más polémico: las reformas del Gobierno socialista para agilizar el divorcio y legalizar el matrimonio entre homosexuales. En estos dos casos, "decir no es decir sí a la grandeza del matrimonio inscrito en la propia naturaleza de la vida humana", proclamó el presidente de los obispos después de señalar que no podía "pasar por alto" sobre esas dos reformas.

"Son dos leyes que afectan al matrimonio y a la familia gravemente, una seriamente a su estabilidad, y la otra a yo no sé que. Estas dos reformas manifiestan desafíos importantes no sólo a los cristianos sino también a todos los ciudadanos porque una familia desarbolada queda a la intemperie", concretó citando frases del Génesis para defender la dignidad del hombre y la mujer por su condición de personas como hijos de Dios. Reiteró, además, que sólo puede haber matrimonio en el que se realiza entre un hombre y una mujer, porque contiene "el concepto de la complementariedad". "Las otras uniones pueden ser denominadas como se quiera, pero nunca como matrimonio", añadió antes de expresar su "respeto" a los homosexuales y afirmar que éstos "no pueden ser ridiculizados".

Como alternativa a lo hecho por el Gobierno socialista, el obispo Blázquez tomó el ejemplo de "otros países del entorno español" que han elegido "otras formas de respeto y de salvaguarda de posibles derechos de los homosexuales -fiscales, de seguridad social y otros-, como se ha hecho en Francia con el denominado pacto de convivencia". "Yo hubiera deseado que nuestro Gobierno no se hubiese embarcado en soluciones y salidas que no voy a calificar", añadió recordándole al Ejecutivo que no ha escuchado ni a la Real Academia de la Lengua ni la opinión de otras importantes instituciones del Estado. "La nueva ley introduce una enorme confusión de orden humano y moral, y nos abre, en todos los aspectos, a un camino de retroceso", concluyó.

"Libremente no fuimos los que no fuimos"

"Libremente fueron los que fueron y libremente no fuimos los que no fuimos. No existe motivo para hablar de división". Así despachó el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, su "no presencia" en la manifestación del Foro de la Familia en Madrid, el pasado 18 de junio, contra la legalización del matrimonio homosexual, a la que acudieron 17 obispos (hay 76 en activo). El Ejecutivo de la CEE, integrado por seis prelados, expresó públicamente su apoyo a esa marcha, pero sólo participaron en la misma dos de sus miembros -el cardenal Rouco y el actual vicepresidente del organismo, arzobispo Cañizares. Ni Blázquez, ni el cardenal Carlos Amigo, ni los arzobispos Martínez Sistach (Barcelona) y Carlos Osoro (Oviedo), estuvieron en la manifestación, y Blázquez rechaza que ello denote división. "Unos obispos, en el uso de su libertad, decidieron acudir, y otros, también libremente, no lo hicieron, pero todos hemos hecho en nuestras diócesis lo que hemos podido para oponernos a esa ley injusta", dijo.

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