El PP ratifica que no irá a una mesa con Batasuna y no ve "ninguna forma democrática" de hacerla
La mesa con todos los partidos que el lehendakari Juan José Ibarretxe quiere impulsar como iniciativa estrella de su nuevo mandato chocará con el obstáculo insalvable de la inasistencia del PP y del PSE, si continúa la violencia. El portavoz del Partido Popular, Leopoldo Barreda, ratificó ayer que su partido no se sentará con Batasuna "porque se trata de una organización terrorista" e ilegalizada, y añadió que no existe "ninguna forma democrática" de materializar esa iniciativa de Ibarretxe.
La propuesta de mesa de todos los partidos que Ibarretxe querría convertir en el buque insignia y el hilo conductor de su nuevo mandato, a la manera que el plan Ibarretxe lo fue en el anterior, recibió ayer de nuevo la negativa del PP y también del PSE. En este último caso, por boca de sus máximos dirigentes en Álava, el presidente del Senado, Javier Rojo, y de Guipúzcoa, el vicepresidente de la Cámara vasca, Miguel Buen.
Buen lo expresó gráficamente y con toda crudeza: "Yo no puedo sentarme con una persona respaldada por alguien que tiene una pistola y mañana, si no está de acuerdo con lo que estoy diciendo, me puede poner una bomba debajo del coche".
La iniciativa, que Ibarretxe quiere poner en marcha en septiembre con la constitución de un grupo de trabajo preliminar, en el que también estaría representada Batasuna, tiene garantizado un desarrollo dificultoso y conflictivo, en tanto no haya un anuncio expreso de cese de la violencia. Ninguno de los dos partidos tiene intención siquiera de incorporarse a ese foro previo con la formación ilegalizada.
Barreda pidió a Ibarretxe ser "más exigente" con ETA, después de que el lehendakari explicara el jueves que su condición de ausencia de violencia se refiere a la "fase resolutiva" del proceso de diálogo multipartito, lo que implícitamente indicaría que las acciones violentas no serían impedimento para los trabajos preparatorios. "Quiero verles exigiendo la disolución de ETA sin contrapartida política y renunciando a obtener ventaja de que ETA aún existe", dijo Barreda. Sacar el diálogo de la Cámara vasca supone, además, crear un escenario "a la medida de ETA-Batasuna", añadió.
El socialista Javier Rojo entendió que esa mesa extraparlamentaria es el precio que Ibarretxe paga a Batasuna por los dos votos de EHAK que le proporcionaron la investidura y reclamó que sea el Parlamento, donde reside la voluntad de la ciudadanía, el escenario del diálogo.
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