"Me casaré lo antes posible. No lo vivo como algo emocionante, es un trámite "
"Pretendo casarme lo antes posible", anuncia a sus 76 años Miguel Narros, uno de los directores de teatro más prestigiosos, "aunque no concibo el día de mi boda como algo emocionante. Para mí es una cuestión de puro trámite, de cobertura legal". Comparte su vida con un hombre desde hace 25 años. Antes de que llegase esta medida, había dictado testamento a favor de su pareja. "Pero ahora, con la boda", observa, "todo será más fácil, sin duda".
Narros, también figurinista reconocido y actor en los inicios de su carrera, continúa siendo un adicto al trabajo. Ha sobrepasado el centenar de obras estrenadas, recibido dos veces el Premio Nacional de Teatro, las mismas que regentó el Teatro Español de Madrid. "El matrimonio homosexual es una necesidad de igualdad. Me parece muy bien, porque ya no estaremos marginados", señala. "No nos podemos comparar a los heterosexuales si no tenemos los mismos derechos. También estoy de acuerdo con que las parejas del mismo sexo puedan adoptar. El matrimonio y sus derechos deben ser iguales para todos. Tenía que haber ocurrido antes, incluso nos han llamado enfermos", se ríe. Narros es también, según quienes le conocen, un hombre tímido y extremadamente discreto, que no acostumbra a hablar de su entorno privado. "He vivido mi vida en medio de la marginación lo mejor que he podido", confiesa. "Cuando llega el amor, no te vas a poner a rechazarlo. También viví con una mujer 10 años".
Echando la vista atrás, rememora su vida antes de la democracia. "He pasado toda la época del franquismo oyendo cosas, comentarios desafortunados o con segundas intenciones. Me han ocurrido cosas muy duras", prosigue, "como por ejemplo tener una pareja, estar enamorado y que te digan: No nos podemos ver tanto, porque van a empezar a hablar. Y eso, claro, es un motivo de ruptura".
¿Qué opinión le merece la posición de la Iglesia ante el matrimonio homosexual? "Sólo puedo decir al respecto que mi madre me enseñó a no fiarme de la Iglesia. Ella fue una hermosa mujer española. Sirvió en casa de un cura y no estaba contenta. Por algo era. A mí, desde pequeño, me daba miedo la iglesia, y hoy es el día en que las imágenes de las vírgenes, con esos ropajes, me siguen asustando".
Narros también se muestra duro con aquéllos que se oponen a las bodas gays: "Negar el matrimonio a los homosexuales es negarles el derecho a muchas cosas, a la felicidad y a la tranquilidad", concluye, para volver al trabajo. Su productora mantiene en gira, hasta el 9 de julio, la obra Doña Rosita la soltera, de Lorca, con Verónica Forqué al frente, y prepara otro montaje, Salomé, de Oscar Wilde, para septiembre.
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