Lula firma cuatro decretos anticorrupción pero no logra frenar las denuncias

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer nuevas medidas de combate a la corrupción, mientras que el escándalo en torno al Partido de los Trabajadores (PT) se multiplicó y se enredó aún más en el Congreso.

Lula presentó cuatro decretos. Tres de ellos se refieren a la creación de contralorías (organismos de fiscalización de las cuentas públicas) en cada ministerio y a mecanismos para agilizar la investigación de casos de enriquecimiento ilícito de altos funcionarios, un delito para el que también se endurecen las penas. El cuarto ordena a todos los organismos públicos colocar en un portal de internet cuanta denuncia e investigación se conozca, así como informar sobre el desarrollo de los procesos.

Pero las medidas de Lula no convencieron a la oposición. "Medidas como ésas serían bienvenidas si no fuera porque ahora parece que el presidente cierra el corral una vez que todo el ganado se escapó", dijo el diputado socialdemócrata Bismarck Maia.

Poco antes de que Lula firmase los decretos, el diputado laborista Roberto Jefferson lanzó nuevas y graves acusaciones contra el PT. Jefferson, que ya ha acusado al partido oficialista de sobornar a legisladores para lograr apoyo al Gobierno en el Congreso, denunció ahora que el PT se apoderaba cada mes de 3.000.000 de reales (1,2 millones de dólares) "sobrantes" de las cuentas de la empresa estatal Furnas Centrales Eléctricas. Como en el caso de los supuestos sobornos, Jefferson ofreció una lista de nombres de presuntos involucrados, que incluye a directivos de la empresa y a legisladores de varios partidos.

Jefferson volvió a arremeter contra José Dirceu, ex ministro de la Presidencia que renunció salpicado por el escándalo, y de quien el diputado laborista ya había dicho que sabía de los sobornos. Ayer añadió que "participaba" en la red de corruptelas en Furnas.

Lula reaccionó de inmediato a la nueva denuncia y ordenó que sea investigada a fondo, pero eso no bastó para aplacar a una oposición, que ha confesado estar decidida a debilitar al jefe del Estado de cara a las elecciones presidenciales del año próximo.