La Fundación Luis Seoane muestra en A Coruña la energía de la cultura gallega en la transición

Retroceder a los años setenta y ochenta y revivir la efervescencia de Galicia en una época de despertar político, social y cultural, es el objetivo de la exposición El lado de la sombra, que puede verse en la Fundación Luis Seoane de A Coruña hasta el 18 de septiembre. Los contenidos de la muestra inciden sobre tres grandes campos de expresión de la cultura popular contemporánea: la edición de revistas y libros, el mundo del disco y el cine.

Los protagonistas son tanto los artistas que colaboraron o se implicaron en muy diversos proyectos editoriales, musicales y cinematográficos como el público entusiasta que contribuyó decisivamente a que entre los años 1971 y 1989 viesen la luz innumerables proyectos ajenos a la cultura oficial. El comisario, Anxo Rabuñal, explica que la exposición analiza una serie de iniciativas que corrían el riesgo de morir en el olvido, ya que se sitúan al margen de los libros de historia o de arte.

Publicaciones tan variopintas como A Cova das Choias, Arco da Vella, Valium 10, Ronseltz, Ameixa Cacofónica, Trilateral o Atlántico Express son un buen ejemplo de unos tiempos en que las revistas funcionaban como auténticos órganos de expresión individual y colectiva, sin afán de lucro. Artistas pioneros del cómic en Galicia como Reimundo Patiño o Xaquín Marín se implicaron en estos proyectos que en ocasiones eran desarrollados por colectivos como Grupo do Castro, Rompente o Fato Onirista Galego.

El apartado dedicado a la edición de discos incluye una colección de 350 carátulas de grupos y cantantes gallegos en la que se repasan todos los géneros musicales, desde el folclor de A Roda hasta el rock progresivo de NHU. Entre las obras más destacadas se encuentra un diseño de Picasso, que Juan y Junior colocaron en la contraportada de su disco Anduriña, y una pintura de Anxel Huete para el álbum Aluminio de Bibiano.

La muestra también dedica espacio a experiencias tan sugestivas como el viaje del barco Xurelo, que se realizó con el noble objetivo de defender la vida en el mar, o la expedición Breogán, que pretendía demostrar que pudo haber contactos por mar entre Galicia e Irlanda en la época de la cultura castrexa.

Filmaciones de aficionados que recogen distintos aspectos de la vida en Galicia a principios de los setenta y seis cortometrajes del realizador Lorenzo Soler completan el repaso por el que fue uno de los periodos más fructíferos de la cultura no institucional en Galicia.