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Editores y libreros sacan los libros a la calle en busca de nuevos lectores

Madrid y Zaragoza invitan a los viajeros de los transportes públicos a leer

Aurora Intxausti

"La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de tus noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda". La lectura de estas bellas e intensas frases en los transportes públicos de Madrid y Zaragoza, extraídas de Nanas de la cebolla, de Miguel Hernández, seguro que no dejarán impasible e invitarán al viajero a acercarse a una librería y disfrutar de la poesía. Son ya nueve ediciones las que lleva la campaña Libros a la calle y, según datos de las asociaciones de editores y libreros de Madrid, incrementan las ventas de los libros publicitados.

Novela, poesía, ensayo, texto científico, divulgación e infantil, géneros diferentes para los millones de pasajeros que a lo largo del año viajan en transporte público: metro, autobuses y trenes de cercanías. En esta edición, los textos seleccionados son: A todo amor, de Ángel González; El veredicto, de Alfonso Reyes; Nada, de Carmen Laforet; Mitos de memoria del fuego, de Eduardo Galeano; Los refranes del Quijote, de Elías Olmos Canalda; La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante; Carreteras secundarias, de Ignacio Martínez de Pisón; Vals del aniversario, de Jaime Gil de Biedma; Llevarse el gato al agua, de José Luis García Remiro; El cuaderno gris, de Josep Pla; El reino de Celama, de Luis Mateo Díez; El diablo cojuelo, de Luis Vélez de Guevara; Nanas de la cebolla, de Miguel Hernández; El geco, de Rafael Sánchez Ferlosio, y Margarita, de Rubén Darío.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que hizo esperar durante 40 minutos al director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, a editores, libreros y representantes de las empresas de transporte público que acudieron a la presentación del acto ayer en Madrid, dijo que los textos que se han elegido para esta edición "traen las voces de algunos testigos de la realidad de nuestra propia existencia. A través de esas voces, de las letras de los creadores y de sus experiencias singulares o sus fantasías, el lector comparte el conocimiento con el escritor, aprende a superar las limitaciones de su entorno y se hace más libre".

El vicepresidente del Gremio de Editores de Madrid, Federico Ibáñez Solar, destacó que los fragmentos que figuran en las paredes de autobuses y trenes permiten al viajero "salir por unos instantes del ir y venir cotidianos e introducirse en el mundo de la palabra escrita, en un viaje diferente al que realizan a diario, y le invitan a acercarse a las librerías". Rogelio Blanco destacó que los esfuerzos por fomentar le lectura empiezan a notarse: "En 2004 se produjo un aumento de lectores por encima de los no lectores; se ha llegado a superar el 55% de lectores frecuentes y ocasionales".

La campaña (www.librosalacalle.com) está auspiciada por el Gremio de Editores y Libreros de Madrid, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, la Empresa Municipal de Transportes, Metro de Madrid, Cercanías de Renfe y el Consorcio de Transportes. Se han editado 20.000 carteles, de los que 1.200 irán para el transporte de Zaragoza y el resto para Madrid.

Rogelio Blanco, Esperanza Aguirre y Federico Ibáñez (desde la izquierda), en un autobús en la Puerta del Sol.
Rogelio Blanco, Esperanza Aguirre y Federico Ibáñez (desde la izquierda), en un autobús en la Puerta del Sol.U. MARTÍN
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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