_
_
_
_
JUNTA DE ACCIONISTAS DEL SANTANDER

Botín se fija como reto que el Santander gane más de 5.000 millones de euros

El optimismo marca la primera junta general tras la adquisición del británico Abbey

Íñigo de Barrón

Optimismo desbordante sobre el futuro. Emilio Botín, presidente del Santander, aprovechó la celebración de la junta ordinaria de accionistas para prometer que la entidad "superará los 5.000 millones de beneficio neto, sin extraordinarios, para 2005", lo que le colocaría, por cuarto año, en el podio de las empresas españolas por resultados. Esta cifra significaría una subida del 38,7%, aunque el primer dividendo de este año sólo se elevará un 12%. El Abbey, comprado hace nueve meses, fue el blanco de las alabanzas de Botín: "La transformaremos antes y mejor de lo previsto", aseguró el presidente, si bien no adelantó ninguna cifra sobre los beneficios de 2005. De Latinoamérica apenas se habló.

El grupo espera lograr 600 millones del Reino Unido y elevar un 20% el beneficio ordinario
"No necesitamos compras para crecer en los próximos años", asegura el banquero
Más información
Duelo en Rojo

En la junta de accionistas del año pasado, Emilio Botín anunció que la primera entidad bancaria española "superaría los 3.000 millones de euros de beneficio atribuido". Logró 3.136 millones, un 20,1% más, con la contabilidad entonces en vigor y 3.606 millones bajo las nuevas normas de contabilidad internacional. En la junta de ayer, que se celebró en la capital cántabra en un día espléndido, prometió superar el listón de los 5.000 millones (830.000 millones de las antiguas pesetas) en beneficios sólo procedentes del negocio bancario, sin las ayudas que pudieran llegar por la venta de empresas del grupo, como Auna, o de la participación en el Royal Bank of Scotland, que ha generado unas plusvalías de 717 millones.

Para lograr esta marca histórica, el Santander se beneficiará de unas "sólidas perspectivas de futuro, no sólo en el mercado británico, sino también en el resto de Europa y Latinoamérica", según Botín, que agrupó al 49,2% del capital presente y representado. Para elevar en 1.400 millones los resultados, el Santander espera crecer un 20% en los beneficios ordinarios, unos 720 millones, y contar con 600 millones más procedentes del sexto banco británico, el Abbey. El consenso de los principales analistas establecía la posibilidad de que la entidad lograra unos 4.900 millones este año.

Los resultados, y sobre todo su incremento, superior al 38%, contrastan con la mejora del dividendo. "Seguiremos aumentando nuestro dividendo", anunció Botín; "el Consejo de Administración ha acordado pagar, a partir del 1 de agosto, un primer dividendo a cuenta de los resultados de 2005, con un incremento del 12% respecto del primero a cuenta de 2004".

Hasta marzo, el Santander ganó un 21% más sin Abbey y el 38,5% con la entidad británica, lo que supone que el pago a los accionistas irá muy por debajo de la tasa de resultados. No hay que olvidar que, tras la compra, el Santander tiene 2,6 millones de accionistas y debe controlar el beneficio que reparte en dividendos porque uno de sus principales objetivos es mantener las ratios de capital más altas de las actuales, como le ha indicado el Banco de España.

Para aliviar esta situación, el presidente de la entidad recordó que en los últimos 10 años la rentabilidad media total para los accionistas ha alcanzado el 370%, por encima del 280% del Ibex 35. Un accionista le recordó que cuando la entidad se fusionó con el Central Hispano en 1999, la cotización se colocó en 12,8 euros: "un valor que nunca hemos vuelto a ver".

En cuanto al futuro, el banquero insistió: "No necesitamos compras para tener garantizado el crecimiento de nuestros beneficios en los próximos años. Estamos concentrados en el crecimiento orgánico de la red y en sacar adelante el Abbey para aumentar nuestra rentabilidad. Llevamos meses de ventaja a los competidores porque nos adelantamos en las compras y ese tiempo es muy importante".

La entidad pagó unos 13.500 millones por el banco británico, verdadero protagonista de la junta. Botín cree que el Santander "está en el mejor momento de su historia", gracias, entre otros factores, a la adquisición del Abbey: "Nos hemos convertido en el primer banco de la eurozona por valor en Bolsa, con casi 60.000 millones. Es un salto de gigante para el grupo. Hoy corre sangre inglesa por las venas del Santander", dijo de forma gráfica el presidente.

A su juicio, lo mejor de esta entidad es que es el segundo banco por hipotecas del Reino Unido y que de sus 18 millones de clientes, 12 millones tienen un solo producto financiero, lo que muestra el potencial de crecimiento. Según los datos del banco, Abbey ha aumentado más del 9% la cuota de producción de hipotecas. Botín felicitó al consejero delegado, Francisco Gómez Roldán, y a su equipo por su "extraordinaria labor".

La segunda base del grupo es la banca comercial. El presidente insistió en la capacidad de generar ingresos recurrentes gracias a la fuerza del negocio español, "la unidad que más aporta" a los resultados de la entidad. "Es un área que trimestre a trimestre presenta resultados de libro, con fuerte aumento de los ingresos, con tasas del 7,4%, y costes planos", añadió. Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado, dijo que el grupo debe estar "en reestructuración continua para mantener las ratios de eficiencia".

Para valorar estos resultados, Botín hizo unos comentarios sobre el sector bancario español, "que es de los más eficientes, rentables y solventes del mundo". En su opinión, esto se debe a tres factores: la fuerte competencia, "no sólo entre bancos, sino también con las cajas de ahorros"; la buena regulación ("el Banco de España y el gobernador Caruana están haciendo un excelente trabajo") y la estabilidad económica.

El tercer eje del grupo es América Latina. A diferencia de otras juntas, en la de ayer, a esta división no se le dedicó ni la extensión ni las alabanzas de otras ocasiones. Ni siquiera hubo una previsión de beneficios en dólares, algo habitual. Botín dijo que la economía de la región había crecido un 6% en 2004, la tasa más alta en los últimos 30 años, y destacó la situación económica de Brasil. "Este país es una importantísima baza de crecimiento para nuestro banco. Es la mayor economía de Iberoamérica, con 184 millones de habitantes y una muy baja tasa de bancarización", apuntó el presidente. Según él, "la economía brasileña será más grande que la de países como Francia o Italia en 2030". Sobre México dijo que se están aproximando a la cuota objetivo del 20%, mientras que en Chile lideran el proceso de bancarización del país.

A modo de conclusión, el primer ejecutivo del Santander explicó las claves del éxito del grupo: ser un banco comercial de carácter mundial con alta calidad en sus oficinas; estar adaptado a los mercados locales; contar con la última tecnología; autoimponerse un objetivo de rentabilidad muy exigente y "una gestión flexible que afronta con eficacia los crecientes dinamismos del mercado internacional".

De izquierda a derecha, los vicepresidentes del Grupo Santander Manuel Soto, Fernando de Asúa y Alfredo Sáenz, que además es consejero delegado; el presidente, Emilio Botín; el secretario del consejo, Ignacio Benjumea, y el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte, durante la junta general de accionistas de la entidad celebrada en Santander.
De izquierda a derecha, los vicepresidentes del Grupo Santander Manuel Soto, Fernando de Asúa y Alfredo Sáenz, que además es consejero delegado; el presidente, Emilio Botín; el secretario del consejo, Ignacio Benjumea, y el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte, durante la junta general de accionistas de la entidad celebrada en Santander.EFE

El presidente no se jubilará mientras tenga el apoyo de los accionistas

El presidente del grupo Santander, Emilio Botín, renovó ayer su cargo como consejero de la entidad por un mandato adicional de tres años, es decir, hasta que cumpla 73. Los estatutos del banco no contemplan un límite de edad para los consejeros, a diferencia de otras empresas del Ibex 35, "porque no hay límite para jubilar al talento", como ha manifestado su primer ejecutivo en otras ocasiones. Ayer, Botín respondió a las preguntas de los accionistas que no prevé jubilarse "mientras tenga el apoyo de los accionistas del banco", y se produjo un caluroso aplauso en la sala. "Estoy encantado de trabajar y no tengo, en absoluto, previsto la jubilación", comentó Botín, que es consejero del banco desde 1960 y presidente desde 1986.

Los accionistas también ratificaron a los consejeros Terry Burns, Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España, y renovaron a Matías Rodríguez Inciarte, Manuel Soto, Javier Botín-Sanz de Sautuola, Guillermo de la Dehesa y el empresario Abel Matutes.

Durante la junta, Botín aseguró que ninguna otra empresa española había incorporado un paquete tan completo de medidas de buen gobierno porque "no puede haber confianza, ni interna ni externa, si no hay cuentas claras". A su juicio, "debe evitarse un exceso de regulación en buen gobierno. Y, sobre todo, debe evitarse el comportamiento rebaño, es decir, regular determinados aspectos del gobierno corporativo sólo porque lo regulan otros".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_