Golpe a la política exterior

Las conclusiones sobre las Relaciones Exteriores de la Unión estuvieron marcadas por el trauma de esta cumbre. Los líderes de los Veinticinco se habían dado de plazo hasta este Consejo para analizar la creación del Servicio de Acción Exterior (SAE) y ver qué posibilidades había de levantar el embargo de armas a China.

El hundimiento constitucional se llevó por delante el servicio exterior y la crisis general convirtió el debate sobre China en una extravagancia innecesaria. En una larga y rutinaria lista de pronunciamientos sobre todos los puntos del globo, el Consejo aprobó tres declaraciones anexas sobre Kosovo, Oriente Próximo y Líbano en las que destacó que para la UE sería inaceptable toda solución unilateral o derivada del uso de la fuerza y cualquier modificación territorial de Kosovo.

Una diplomacia de nueva planta basada en la creación de la figura del ministro de Asuntos Exteriores de la Unión era una de las previsiones del nonato Tratado Constitucional. En la cumbre de diciembre, los jefes de Estado y de Gobierno reclamaron al secretario general del Consejo, Javier Solana, y a la Comisión un primer informe sobre el SAE con vistas a analizarlo en este Consejo.

Tras intensas discusiones, el informe fue elaborado, pero no ha llegado a ver la luz. En las conclusiones finales del Consejo, ni siquiera aparece una referencia que recuerde el compromiso de hace seis meses. Con la Constitución ha caído el Servicio de Acción Exterior. "El informe sigue sobre la mesa para ser estudiado en un Consejo que no tiene fecha", señalaba una fuente conocedora del proceso. Otra fuente dio por hecho que crear un servicio exterior y dar cuerpo a la figura del ministro de Asuntos Exteriores es algo que ahora queda más allá del horizonte.

China sí entró en las conclusiones del Consejo, con una críptica referencia a lo pactado en la cumbre de hace seis meses, cuando se pidió a la presidencia luxemburguesa que finalizara los preparativos para tomar ahora una decisión sobre el embargo de armas. La UE ha hecho sus deberes, pero China sigue sin cumplir las exigencias comunitarias sobre derechos humanos y adopción del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Kosovo mereció una mención especial en el Consejo. Este año es crucial para el futuro de la antigua provincia serbia, donde la OTAN tiene desplegados 17.000 efectivos para mantener la paz. En septiembre, Naciones Unidas debe analizar el estado de aplicación por las autoridades kosovares de las normas de respeto a la diversidad étnica y otros derechos humanos en el territorio, con un 90% de población albanesa y otro 10% serbia. El Consejo advierte de que no debe darse por descontada la certificación de que todo está en orden, condición previa para pasar a discutir el estatuto final de Kosovo. Los Veinticinco no se pronuncian sobre este estatuto. Estados Unidos favorece la independencia de Kosovo.