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Reportaje:

La Giralda se queda sin corona unos días

Operarios bajan la réplica del Giraldillo, cuyo lugar ocupará el original en julio

La Giralda se quedó ayer sin su corona. La réplica del Giraldillo que lucía sobre el monumento desde 1999 fue bajada por la mañana en una operación en la que participaron varias decenas de personas. La Giralda se quedará, pues, sin su veleta durante unas dos semanas, ya que el Giraldillo original no será repuesto "hasta principios de julio en función de los partes meteorológicos", según señaló el director general de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura, Jesús Romero. Y es que la meteorología es muy importante en una operación de este tipo. Ayer se inició el desmontaje de la réplica de la gran escultura a las siete de la mañana "con una velocidad del viento de 1,6 kilómetros por hora, lo que supone que no se mueve una pavesa", agregó Romero.

En torno a las 8.00 fue bajado el lábaro (estandarte) que sostiene la réplica, y a las 9.00 le llegó el turno a la figura propiamente dicha. La operación suscitó el interés de turistas y vecinos, que siguieron los movimientos de las dos grúas (una para bajar la réplica y otra para ponerla en posición horizontal y colocarla en un camión). La réplica tiene como destino temporal los almacenes del Arzobispado en Manzanilla (Huelva). Posteriormente, será instalada en la Puerta del Príncipe de la Catedral.

La restauración del Giraldillo ha costado 600.000 euros, que han sido aportados por la Consejería de Cultura. El trabajo ha sido llevado a cabo por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Los técnicos del IAPH se encontraron con una dificultad añadida a la hora de abordar su tarea: el Giraldillo no es sólo una escultura; también tiene la función de veleta. El IAPH recompuso todo el artefacto interno que hace que la gigantesca escultura de bronce sea una veleta y funcione como tal.

La historia del Giraldillo, que pesa 2.000 kilogramos, rebasa con creces los 400 años. En agosto de 1568 fue alzada al campanario de la catedral de Sevilla la veleta destinada a rematarlo. Se trataba de una figura de bronce denominada El Coloso de la Fe Victoriosa y al que el pueblo comenzó a conocer como el Giraldillo.

El maestro artillero Bartolomé Morel fue el ejecutor del bronce. El pintor Luis de Vargas trazó el modelo para que el escultor Juan Bautista Vázquez el Viejo se encargara del molde para el vaciado. La escultura quedó dañada tras el terremoto de Lisboa en 1755, lo que obligó a una primera gran obra de mantenimiento en 1770.

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