Blair cree que no habrá acuerdo sobre el presupuesto y propone una reforma global
El jefe del Gobierno británico reconoce "un fuerte desacuerdo" con el presidente francés
El primer ministro británico, Tony Blair, descartó ayer, prácticamente, la posibilidad de que el Consejo Europeo que comienza mañana en Bruselas llegue a un acuerdo sobre el Presupuesto de la Unión Europea (UE) para el periodo 2007-2013. Tras entrevistarse con el presidente francés, Jacques Chirac, Blair reconoció que entre ambos había "un fuerte desacuerdo" que será "difícil" de superar y consideró que no era imprescindible cerrar un acuerdo este fin de semana porque Europa no caerá en una "crisis profunda", e invitó al Consejo a "tomarse una pausa de reflexión".
Chirac, a través de su portavoz Jérôme Bonnafont, se limitó a insistir en que espera "un acuerdo razonable y equitativo; lo que supone que cada uno haga su parte". De este modo, el jefe del Estado francés insistía de nuevo en la revisión del llamado cheque británico, el reintegro de parte de la contribución del Reino Unido al Presupuesto de la UE que obtuvo Margaret Thatcher en 1984 y que París -y también Berlín- pretende renegociar para poder aumentar el presupuesto comunitario. Blair responde pidiendo la revisión de la Política Agraria Común (PAC), de la que Francia es la principal benefactora.
Del calado de las diferencias entre ambos da idea el hecho de que los dos mandatarios evitaron comparecer, como es habitual, en una conferencia de prensa conjunta tras su encuentro.
Blair se dirigió a los medios de comunicación desde la Embajada británica en París y no se movió ni un ápice del discurso que repite desde que surgió la polémica. Cualquier cambio en la aportación británica, dijo, pasa por revisar a fondo el contenido del presupuesto, "la gestión de la UE", de modo que se conecte con las prioridades de los europeos. "No se puede gastar el 40% del presupuesto en un sector que genera el 2% de los puestos de trabajo", explicó, aludiendo a la Política Agraria Común (PAC).
Para Blair, sólo una revisión del modelo de funcionamiento de la UE, que queda plasmado en el presupuesto, permitirá recuperar la adhesión de los ciudadanos al proyecto europeo. "No soy un euroescéptico", dijo, "pero ahora gastamos en agricultura 10 veces más de lo que gastamos en investigación y desarrollo o en infraestructuras, justo lo que más necesitamos para desarrollarnos y poder jugar en el tablero mundial frente a potencias como China o India". "No estoy en contra de que los países, si quieren, ayuden a su agricultura", añadió, "sino de que sea la UE quien lo haga".
El primer ministro británico quiso desdramatizar la situación actual y desactivar la sensación de urgencia sobre un acuerdo presupuestario el jueves y viernes en Bruselas. "No, no caeremos en una crisis profunda si no lo conseguimos", dijo. Si se puede hacer ahora, añadió, "sería preferible", pero siempre y cuando se pueda lograr "un buen acuerdo y no un compromiso malo que no funcione".
En este sentido, Blair insistió varias veces en la necesidad de que la Unión Europea se tome "una pausa de varios meses" para "reflexionar" tras el fracaso de los referendos sobre la Constitución europea en Francia y Holanda, porque "podría haber una cadena de noes". Una pausa que debería acordarse colectivamente en Bruselas, que sirva para reconsiderar la dirección que Europa necesita sobre temas clave como la globalización, la liberalización de los mercados y la seguridad. "Ya no es posible dirigir Europa como ha sido dirigida hasta ahora, hay que cambiar las bases", aseguró. "El eje franco-alemán", añadió, "ya no es el único motor de la UE".
Desde el palacio del Elíseo, el mensaje era radicalmente opuesto. "En la situación de crisis política en la que se encuentra Europa es importante no añadir dificultades financieras", explicó Bonnafont. "Los europeos esperan que en Bruselas el Consejo demuestre un espíritu de acuerdo y de unidad y su capacidad de seguir adelante", añadió.
Mínimos históricos
Según el portavoz de Chirac, el tema del cheque británico no fue abordado durante la reunión. La popularidad del presidente francés rozó ayer mínimos históricos. Según una encuesta de IFOP, sólo el 28% de los franceses confían en él.
Blair cerró ayer en París una gira que le ha llevado a Moscú, Berlín y Luxemburgo, con el objetivo de preparar la cumbre del G-8 que tendrá lugar este verano en Reino Unido. Por la mañana estuvo en Luxemburgo y después, en París, almorzó con Chirac y el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, para acordar los programas de lucha contra la pobreza y el calentamiento global que se tratarán en la cumbre del G-8. Ambos líderes se obsequiaron mutuamente con grandes sonrisas diplomáticas que acabaron cuando, a las 16.30, se reunieron en el Elíseo para hablar del Presupuesto de la Unión Europea.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.