El 25% de los niños del Tercer Mundo sufre malnutrición
La meta es clara: reducir a la mitad, para 2015, el porcentaje de personas que sobreviven con menos un dólar al día y que padecen hambre. Es un doble objetivo alcanzable, dice la ONU, aunque ambicioso, porque la pobreza extrema afecta a unos 1.000 millones de seres humanos, y el hambre, a 815 millones. Los niños son los más vulnerables ante esta situación, porque la falta de alimentos puede acabar con sus vidas o retardar su desarrollo físico y mental.
El estudio de la ONU revela que una cuarta parte de los niños menores de cinco años que viven en los países pobres sufren de malnutrición, y 150 millones tienen un peso inferior al normal. Lo positivo es que se están registrando mejoras tanto en el caso de la reducción de la extrema pobreza como en la reducción del hambre, gracias a las altas tasas de crecimiento económico en China e India, los dos países más poblados.
Pero los avances son desiguales por regiones. Los problemas se concentran en el África subsahariana y el Asia meridional, donde los indicadores de la ONU muestran un claro empeoramiento. Los ingresos de las familias se reducen porque las oportunidades de empleo no aparecen, el desarrollo agrícola se ha estancado y la epidemia del sida destruye la vida de las personas que están justo en sus años más productivos.
La ONU advierte de que las guerras y otros conflictos armados restan eficacia a los esfuerzos por erradicar la pobreza y el hambre en el mundo. Hubo 13 millones de muertes entre 1994 y 2003, a los que se suman 37 millones de refugiados y desplazados. Los desastres naturales agravan la situación, con 669.000 muertes durante el mismo periodo.
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