Chirac pide "un gesto de solidaridad" a Blair para aprobar el presupuesto de la UE
Berlusconi amenaza con vetar las cuentas de la Unión si no hay más ayudas para el sur de Italia
El presidente de Francia, Jacques Chirac, reclamó ayer al primer ministro británico, Tony Blair, que tenga "un gesto de solidaridad con Europa" aceptando una rebaja del cheque británico, por el que Bruselas devuelve anualmente a Londres unos 5.000 millones de las aportaciones del Reino Unido a las arcas comunitarias. Chirac dijo eso tras entrevistarse en Luxemburgo con Jean-Claude Juncker, primer ministro de este país y presidente de la UE. Los 25 quieren pactar en la cumbre del 16 y 17 el futuro marco financiero de la Unión, pero Blair amenaza con vetarlo si los demás socios mantienen su exigencia de reducir ese cheque. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, también esgrimió ayer el veto.
"Ha llegado el momento de que nuestros amigos ingleses tengan un gesto de solidaridad con Europa", dijo Chirac. Esa llamada se basa en que, si no se produce una drástica revisión del cheque, Bruselas tendrá que devolver hasta 7.000 millones anuales a Londres en el próximo ejercicio financiero para el periodo 2007-2013, cuando los gastos de la UE van a incrementarse debido al trasvase de fondos hacia los países del Este que acaban de incorporarse a la Unión.
El cheque nació en 1984 como fórmula para compensar al Reino Unido porque apenas se beneficiaba de las ayudas agrícolas, que en buena parte se las repartían Francia, Italia, y después, España. Por eso, Londres responde ahora que la UE debe rebajar el capítulo dedicado a ayudas agrícolas. "No podemos aceptar una reducción de ayudas directas a los agricultores franceses", aseguró ayer Chirac. El presupuesto agrícola para el periodo 2007-2013 fue pactado por Berlín y París en octubre de 2002 sin contar con Londres.
A seis días de la cumbre, el cheque británico se ha convertido en el gran obstáculo para lograr un acuerdo que los 25 consideran indispensable ante la grave crisis en la que ha entrado Europa tras el no franco-holandés a la Constitución europea. La presidencia de la UE ha propuesto que quede congelado en 2007 en 4.700 millones (la media de los últimos años) para luego rebajarlo año a año. "El cheque se mantendrá; no vamos negociar abandonarlo", ha advertido Blair. Congelarlo es "irreal e inaceptable", ha dicho su ministro de Finanzas, Gordon Brown.
España aporta al año unos 700 millones para ese cheque y, junto con Alemania y Francia, son los más firmes defensores de su desaparición o rebaja. Berlusconi, quien se entrevistó ayer con Juncker para preparar la cumbre, se sumó de nuevo a los ataques contra esa prebenda británica -Roma paga 1.300 millones en ese concepto- y apostó por "una radical revisión" de la misma en una carta entregada al presidente de la UE.
Italia, además, tiene su problema particular en esta negociación. Berlusconi dice en la carta a Juncker que hará lo posible por acercar posturas, "pero no hasta el punto de dañar los legítimos intereses de mi país". Roma también amenaza con vetar un acuerdo porque pierde unos 8.000 millones de euros con respecto al actual periodo financiero (2000-2006) y considera "claramente insuficientes", como escribe Berlusconi, las ayudas destinadas a las regiones menos desarrolladas del sur de Italia.
Referéndum en Luxemburgo
Chirac se entrevistará hoy en París con el canciller alemán, Gerhard Schröder, y, dentro de las consultas previas a la cumbre; Juncker recibirá el día 14 a Blair, quien antes se entrevistará con Chirac y Schröder. Los primeros síntomas sobre si hay o no aproximaciones entre todos se verán el domingo en Luxemburgo, donde los ministros de Exteriores de los Veinticinco tienen una cita extraordinaria para hablar de las próximas Perspectivas Financieras de la Unión.
En el otro frente crítico de esta temporada en la UE, el relativo al proceso de ratificación del nuevo tratado, Juncker recibió ayer malas noticias porque los sondeos indican que siguen disminuyendo los partidarios del sí ante el referéndum del 10 de julio en Luxemburgo. Las encuestas señalan que un 55% votará sí (hace siete meses era el 76%) y un 45% lo hará en contra. Juncker ha unido su futuro político a esa consulta. Si triunfara el no en un tercer país fundador de la UE, el tratado quedaría enterrado.
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