Nervios y repasos apresurados en el primer día de la selectividad
Los exámenes de selectividad comenzaron ayer en los seis centros públicos de la región
Nervios, repasos apresurados, besos de buena suerte y talismanes... Todo valía ayer para los más de 23.200 alumnos que afrontan las pruebas de acceso a la universidad que comenzaron ayer en las seis universidades públicas de Madrid. El primer ejercicio, a las diez de la mañana: Lengua Castellana y Literatura. "DNI sobre la mesa. Silencio, por favor. Va a comenzar el examen". Una alumna levanta la mano: "Perdone, aquí donde pone firma, ¿hay que firmar?". "No señorita, es una prueba anónima", aclara paciente la profesora.
A la salida, ya con una sonrisa en la boca, las preocupaciones eran otras. "Menos mal que repasé Mihura antes de entrar al examen porque era la obra del siglo XX de la que tenía que hablar y no tenía ni idea". Laura es una de las estudiantes que ayer se examinaban para conseguir alguna de las 49.814 plazas que habrá el curso que viene en las universidades públicas de la región.
La pruebas de la jornada fueron Lengua y Literatura Española, Historia, Filosofía e Idioma. Hoy tocan las propias de cada modalidad: 20 materias diferentes, desde Latín, hasta algunas menos comunes para el lector medio como Ciencias de la Tierra y Medioambientales.
Aunque el número de plazas disponibles dobla la de candidatos, a los madrileños hay que añadir alumnos de otras provincias, extranjeros o los que el año pasado no consiguieron entrar en la carrera deseada y éste lo intentarán de nuevo.
En la selectividad el reto no es conseguir una plaza universitaria, sino sacar nota suficiente para acceder a la carrera deseada. Pero cada vez hay menos nervios porque hay más alternativas. Laura y Esther, dos alumnas del colegio Arcángel Rafael, después de su primer examen explicaron que, si no consiguen un 6,7 para estudiar Enfermería -la nota de corte del año pasado-, harán un módulo de formación profesional de medicina patológica.
La nota de la selectividad cuenta el 40% a la hora de hacer media con las calificaciones obtenidas en el colegio, que valen un 60%. La vicerrectora de alumnos de la Universidad Complutense, Margarita Barañano, recordó para tranquilizar a los alumnos que el 85% de ellos aprueba el examen.
Las carreras más cotizadas suelen ser las relacionadas con ciencias biomédicas, según fuentes de la Universidad Complutense. Sin embargo, depende del centro. El año pasado en esta universidad las más solicitadas fueron Periodismo, Medicina y Psicología. Para el próximo curso la vicerrectora de alumnos anunció que se ofrecerán más plazas en la carreras con mayor demanda, como en Ciencias de la Información, que se ha aumentado en 110 plazas, y Administración de Empresas, que tendrá 50 más. Aun así, este curso sólo se ofrecen 11 plazas más que el anterior.
En la Autónoma, en cambio, se ofrecen este año 300 plazas menos: de 7.860 el año pasado a 7.565 en 2005. Pero este curso incorporan en su oferta educativa Ciencias de la Actividad Física y el Deporte desde primer curso.
A pesar del descenso de natalidad y de las nuevas alternativas a la educación universitaria, la cifra de estudiantes que hicieron las pruebas de acceso el año pasado con respecto a este es prácticamente igual. Según datos de la Consejería de Educación, el año pasado, 23.246 chavales se presentaron a las pruebas, y este curso han sido sólo siete menos: 23.239.
La universidad que mayor número de alumnos acogerá al curso que viene será la Complutense, también la que ha tenido un mayor descenso de matrícula, 97 alumnos menos. Ayer se examinaron en sus aulas 8.813 candidatos, 6.689 en la Autónoma, 2.513 en Alcalá de Henares, 2.493 en la Carlos III, 2.035 en la Rey Juan Carlos y 696 en la Politécnica.
Además, algunas universidades incorporan nuevas licenciaturas a sus programas educativos. La Rey Juan Carlos, por ejemplo, ofrece para el curso que viene 11 nuevas dobles titulaciones, la posibilidad de estudiar Derecho por Internet y la carrera de Administración de Empresas bilingüe.
Prueba universal
Barañano defendió esta prueba que, de haber seguido adelante la reforma educativa del PP, hubiera desaparecido. "Es una prueba común para todos los alumnos, les da tranquilidad porque saben a qué atenerse, confianza. Se trata de un baremo único para todos los estudiantes y tiene validez universal para todos los centros españoles", señaló. Quien se encarga de elaborar estos exámenes es una comisión de seis profesores universitarios y dos profesores de enseñanzas medias. Y casi 1.000 profesores serán los encargados de corregirlos.
Los estudiantes madrileños, junto con los vascos, han sido los primeros de España en afrontar este reto, que terminará el viernes.Los últimos serán los catalanes, que tendrán sus pruebas del 20 al 23 de junio. Para entonces, en concreto el 21 de junio, los madrileños ya sabrán sus notas.
La Consejería de Educación aseguró que este año se ha invertido en Madrid en enseñanzas universitarias el 1% del producto interior bruto (PIB), que suponen 916 millones de euros. Según Educación, "la mayor financiación de la historia, y la región de España donde más se ha invertido en educación universitaria".
Las calificaciones podrán ser consultadas en Internet a partir del 21 de junio, a las diez de la mañana. Los alumnos podrán reclamar -aunque sólo sirve para subir nota- y pedir doble corrección de su examen. Pero aún falta mucho hasta entonces: dos largas jornadas de exámenes por delante.
"Más fácil que en el 'cole"
A pesar de los nervios iniciales, al salir del examen la mayoría de estudiantes coincidía: "¡Bah!, si eran más fáciles que los del cole", aseguraba Juan.
La primera prueba de ayer fue de Lengua y Literatura. Los bachilleres tuvieron que escoger entre dos opciones: a) Un comentario de texto de Carmen Laforet y la novela de la Generación del 98; b) Un texto científico de Juan Luis Arzuaga y los autores de la Generación del 27.
En el examen de Historia -hubo que hacer dos diferentes, uno de contemporánea y otro de universal por las modificaciones de los planes de estudio-. Los candidatos del currículo viejo tuvieron que optar entre: a) La crisis de 1917, la desamortización de Mendizábal y varias cuestiones sencillas, b) Un comentario de texto sobre el restablecimiento del absolutismo con Fernando VII. Los alumnos del nuevo currículo tenían que optar por: a) La transición política o un comentario de texto sobre el Manifiesto de Sandhurst de Alfonso XII. b) Fernando VII y el absolutismo o la abdicación de Alfonso XIII.
En el examen de Filosofía, la última prueba del día, los estudiantes tuvieron que elegir entre Menón, de Platón, o el existencialismo de Jean-Paul Sartre.
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