El sector pide a la UE la protección del atún para evitar su desaparición
La organización de productores pesqueros de la almadraba, que reúne a las principales empresas del sector, han alertado del descenso de capturas de atún en la campaña de este año. Atribuyen esta bajada a la sobrepesca de esta especie en la zona del Mediterráneo, lo que afecta de lleno a las redes repartidas por la costa de la comarca de la Janda (Cádiz) y Tarifa. La organización reclama a la Unión Europea que incremente las medidas de control para conseguir que el atún entre en el catálogo internacional de especies protegidas y evitar así su desaparición.
Según explicó la directora gerente de la organización, Marta Crespo, la principal amenaza para las almadrabas es la pesca intensiva a la que se ve sometido el atún rojo. "Hay una gran pesquería de juveniles. Es algo completamente legal porque la talla mínima establecida está en ejemplares de 10 kilos". Sin embargo, esta especie no se reproduce hasta alcanzar los 30 kilos. "Es una barbaridad biológica que se permita la pesca con tan reducido tamaño", considera.
A este problema se añade la saturación del mercado japonés, uno de los principales consumidores del atún de la zona. Esto ha provocado una caída de los precios.
Los empresarios almadraberos buscan evitar la crisis entrando en otros lugares como Estados Unidos. Para ello se está fomentando la construcción de túneles de congelación, que consigan atunes frescos todo el año.
Investigaciones
as empresas almadraberas piden la intervención de la Unión Europea para que favorezca la protección del atún rojo dentro de un catálogo internacional que endurezca las tallas mínimas y evite la sobreexplotación.
Es la misma opinión que comparte el profesor Antonio Medina, responsable en la Universidad de Cádiz del proyecto Repro-dott, una iniciativa europea que estudia el comportamiento reproductor de esta especie.
Los investigadores gaditanos analizan el animal a su paso por el Estrecho, asisten a la captura en las almadrabas de Barbate y allí toman muestras de las vísceras. Medina asegura que cada vez hay menos atunes, algo de lo que culpa al exceso de pesca. "El principal enemigo es la sobreexplotación. Habría que apostar por una política sostenible reduciendo las cuotas de pesca y ampliando la talla mínima para permitir la reproducción", mantiene.
Uno de los principales objetivos de la investigación es comprobar la viabilidad de la cría del atún rojo en cautividad. Unos estudios que todavía son incipientes y que ya se han probado en Japón, pero con resultados insatisfactorios.
Si finalmente los trabajos europeos resultan exitosos, el profesor Medina aboga por que se reproduzcan en jaulas de grandes dimensiones. Una vez alcanzaran una talla considerable, serían soltados a mar abierto.
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