La guerrilla maoísta mata a decenas de personas en Nepal
La explosión de una mina al paso de un autobús causa 38 muertos y 70 heridos
Un autobús atestado de pasajeros estalló ayer al pasar sobre una mina en el sur de Nepal. Al menos 38 personas murieron y más de 70 resultaron heridas, algunas de gravedad. Entre los fallecidos, en su mayoría campesinos, hay mujeres y niños que acudían a los mercados locales. Las autoridades han responsabilizado del atentado a la guerrilla maoísta surgida en 1996 y que tiene su bastión en el distrito de Chitwan, donde ocurrió la tragedia.
El autocar marchaba temprano desde el pueblo de Mahdi a la cercana localidad de Narayangadh. Muchos de los pasajeros viajaban agolpados en el techo. No queda aún claro si la mina explotó al ser golpeada por el vehículo o si fue detonada a control remoto, como sugieren los cuerpos de seguridad. Lo que sí se conoce fue el efecto: la onda expansiva levantó el autobús varios metros y, literalmente, lo despedazó.
"El lugar está inundado de sangre y de restos humanos. Tenemos 38 cadáveres hasta ahora", indicaba un oficial del Ejército. Un fotógrafo de la agencia Reuters que llegó al lugar ocho horas después de la explosión describía las escenas en estos términos: "Es horrible. Hay cuerpos desmembrados, muchos de mujeres y niños, alineados en la carretera, y los familiares pelean por identificar a sus seres queridos". El escenario del atentado está muy cerca del parque natural más famoso de Nepal, a unos 180 kilómetros de Katmandú, la capital. Este territorio es bastión de la guerrilla maoísta, que intenta derrocar la monarquía e imponer un régimen comunista en ese empobrecido reino del Himalaya, habitado por 26 millones de personas.
Ataques indiscriminados
Si bien la guerrilla nepalesa se ha caracterizado por sus ataques despiadados contra aquellos a los que considera "enemigos", y no tanto por perpetrar atentados indiscriminados, sí hay antecedentes de ataques contra autobuses en los que viajaba personal de las Fuerzas Armadas, aun cuando la mayoría de los pasajeros fueran civiles. Informaciones sin confirmar indican que tres de las víctimas de Chitwan eran soldados de permiso. Un portavoz oficial aseguró que el artefacto explosivo era del tipo empleado por los "terroristas maoístas".
La de ayer es la peor de las agresiones sufridas por la población civil desde el surgimiento de la guerrilla, en 1996. Cerca de 12.000 personas han muerto en estos nueve años de insurgencia, que ha sumido a Nepal en la inestabilidad y ha destruido su economía, dependiente del turismo y, sobre todo, de la ayuda internacional. Decenas de miles de personas de las zonas rurales se han visto obligadas a huir de sus hogares. Los grupos de derechos humanos acusan de abusos tanto a los rebeldes como a las fuerzas de seguridad.
En febrero, el rey Gyanendra depuso al Gobierno, con el argumento de que los políticos habían fracasado a la hora de terminar con los maoístas. En 2002 despidió al Gobierno electo por el mismo motivo.
Gyanendra subió al trono de Nepal en 2001, después de que su hermano, el rey Birendra, y otros ocho miembros de la familia real fueran asesinados en una oscura matanza palaciega.
Cuatro años después, el nuevo monarca ha ido asumiendo cada vez más poder. Ante la preocupación mostrada por la comunidad internacional, que teme la instauración de un régimen absolutista, Gyanendra ha reiterado su compromiso con la democracia.
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