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Cáritas atendió el año pasado a más de 35.800 personas en Euskadi

Más de la mitad de los ciudadanos asistidos por la institución a lo largo de 2004 era mujer

Cáritas atendió el pasado año en Euskadi a 35.838 personas con escasez de recursos, lo que supone un 10% más que en 2003. Alrededor de la mitad de los ciudadanos que se acercaron a esta entidad era mujer, la edad mayoritaria oscilaba entre 25 y 40 años y cerca del 50% de los asistidos inmigrante.

"Cáritas es la primera puerta donde llama mucha gente en busca de ayuda material y social, información y asesoramiento sobre recursos", explica el secretario general de Cáritas de Álava, Miguel Rey.Cáritas de Vizcaya trabajó durante 2004 con 12.596 personas, un 20% más que el año anterior, desde sus diferentes líneas de intervención, desde la acción social de base, que apoya a quienes tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y ropa, hasta el programa de asistencia a drogodependientes.

El 52,7% de los ciudadanos atendidos era mujer. Un tercio de las personas que demandaron ayuda a la entidad tenía entre 25 y 40 años. El 49% de quienes se acercaron a la institución era inmigrante, un colectivo en el que destaca la población latinoamericana. Bilbao y la Margen Izquierda se confirman como las zonas de procedencia de los autóctonos asistidos, según la información aportada por la ONG, que a lo largo del pasado ejercicio invirtió en la lucha contra la exclusión 7,59 millones de euros.

"Intuimos que efectivamente se está dando la feminización de la pobreza de la que se viene hablando", comenta a la luz de las cifras el responsable de comunicación de la institución vizcaína, Carmelo Corada. Pero detalla que los datos son desiguales según los diferentes servicios. Por ejemplo, el recurso destinado a las personas sin hogar atendió sobre todo a hombres (85%). Sin embargo, los programas de inserción social y acción social de base tuvieron detrás a más féminas. En este último caso, eso sí, "una buena parte de las mujeres acude en representación familiar", precisa. También el programa de empleo asistió a más mujeres (75%) que a hombres (25%).

En Álava, el 61% de las 4.242 personas que acudieron a Cáritas en 2004 era mujer. El secretario general de la entidad, Miguel Rey, apunta que este dato puede responder a distintas causas, entre las que cita la mayor dificultad de las féminas para acceder al empleo o el hecho de que cuando se produce una ruptura de la pareja, normalmente es la mujer la que se queda con los hijos y asume las cargas familiares. Y agrega otro elemento: "En el caso de la inmigración procedente de Latinoamérica, suele ser la mujer la que viene primero y busca empleo. Está trabajando muy bien en el servicio doméstico. Y hace el doble esfuerzo de enviar dinero a su país e intentar la agrupación familiar", argumenta.

El 48% de quienes acudieron a la institución alavesa tenía entre 25 y 40 años. El 52% no tenía empleo y una tercera parte de ellos carecía de permiso de trabajo. El 4,5% trabajaba en la economía sumergida. El 56,4% de los expedientes abiertos por la entidad llevaba el nombre de un inmigrante y el 4,6% el de una familia monoparental. La organización gastó 1,4 millones de euros.

Más mujeres solas

El número de ciudadanos asistidos por Cáritas de Guipúzcoa, que gastó 2,2 millones de euros, rondó los 19.000, un 5,5% más que en 2003. De ellos, algo más de 4.000 eran de origen extranjero y fueron atendidos en el centro de acogida de inmigrantes Laguntza-Etxea, abierto en San Sebastián a finales de 2002. La mayoría de las personas autóctonas que solicitaron ayuda procedían de Donostialdea e Irún.

La entidad ayudó a un número similar de hombres y mujeres, la mayoría de entre 30 y 50 años. Pero su secretario general, José Emilio Lafuente, admite que cada vez se dan más casos de mujeres solas y en la calle en riesgo de exclusión. Eso ha hecho que hayan tenido que habilitar recursos específicos para ellas, como el reciente programa Emeki, dirigido a féminas en riesgo de marginación y a mujeres que se encuentran en prisión, acceden al tercer grado y no tienen un hogar.

Aprendizaje e integración

La atención de Cáritas a los inmigrantes pasa por ayudarles a aprender castellano y, en algunas localidades, euskera. Con este fin, Álava cuenta desde hace tres años con un programa que combina el aprendizaje del castellano y la integración cultural y social, que cada vez va teniendo más participantes. Así, las personas interesadas pueden acudir en un primer momento a las clases de lengua y cultura.

Luego, cuando ya tienen "un nivel mínimo", pueden beneficiarse de la conversación estructurada. Es decir, pueden quedar con una persona autóctona para mejorar su nivel de comunicación. "El objetivo es acelerar el aprendizaje de la segunda lengua y favorecer la adquisición de un vocabulario real y funcional", explica el secretario general de la entidad alavesa, Miguel Rey. Pero también, añade, "potenciar las relaciones y el conocimiento entre las personas autóctonas e inmigrantes de cara a una mejor integración de estas últimas en la sociedad". "Se trata de un proceso de interrelación", de intercambio cultural, apostilla.

El programa se completa con las tertulias literarias, en las que se trabaja en grupo, en este caso abierto a la población en general. Se parte de la lectura de un libro, que da pie a reflexionar y dialogar sobre diferentes temas. "El aprendizaje se rige por el diálogo igualitario, entendiendo que todas las personas tienen las mismas capacidades para participar a partir de las diferentes y posibles interpretaciones que se derivan de un mismo texto", apunta Rey.

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